|Capítulo 19: El controlador de las masas|

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—Al final solo me enviaron a morir.

Otra vez, las desgracias me perseguían,

más allá de mis hermanas las pesadillas,

yo no pude hacerlo.

Aunque las paredes que se cerraban a su alrededor buscaban asfixiarlo, y los monstruos de su pasado en el infierno lo esperaban detrás de las puertas del hotel

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Aunque las paredes que se cerraban a su alrededor buscaban asfixiarlo, y los monstruos de su pasado en el infierno lo esperaban detrás de las puertas del hotel. Jocken debía moverse, porque en su idioma, dejar de hacerlo significaba la muerte.

Una que solo demostraba su cobardía.

«Si no fueras un despistado sabrías que jamás debes seguir los carteles si querés llegar a algún lugar. Este hotel es una contradicción que procesa la realidad de una manera diferente, igual que yo. Usá la cabeza, Jocken ¿Qué haría yo? Realiza la acción opuesta.»

¡Lo que me decís nunca tiene sentido, payaso!

Casi pudo escucharlo responderle, mientras daba vueltas por el laberinto que su hermano había ideado con el único objetivo de no perder la lucidez que lo caracterizaba.

«Los pensamientos racionales existen aliados de forma natural a la conciencia del ser humano, como nosotros somos los creadores de tales ideas preconcebidas no conocemos la razón, solo la inventamos.»

Las puertas prohibidas que dejaba atrás latían por su presencia, esperaban ser abiertas. Jocken fruncía el ceño, contrariado, él no era la clase de criatura que pensaba en las consecuencias, pero después de haberse encontrado con Génesis en el teatro, empezaba a cuestionarse si existir en ese mundo lo había cambiado tanto como para que ya no quisiera dedicarle sus "te amo", y sí sus ansias asesinas.

¿Por qué no ambas?

Convertir su esencia en la de un sin cara que camina sobre Ansía lo había hecho sin dudas. La respuesta era obvia. ¿Por qué todavía le importaba lo que ella pensara de él? Jocken deseaba consumir a la humanidad que Génesis estaba forzada a proteger.

Pensaba de forma errónea, que debía protegerla de ellos y no de las sombras, el verdadero problema. La semilla del vacío plantada en las almas que habitaban Ansía.

No era su culpa cargar con las consecuencias del encierro, haber nacido sin reflejo, y que por eso tuviera que copiar el de los demás para probar su existencia, no había sido su culpa que la mujer que amaba haya elegido suicidarse al saber la verdad, tampoco lo era que el desgraciado de su padre le devolviera la vida con esa criatura en su interior.

Ciega y con sus recuerdos vueltos cenizas, Caos se había asegurado de que Génesis pudiera observar un trozo minúsculo de la realidad, nunca el paisaje completo. Porque eso significaba aceptar que había fracasado, y que su magnífico milagro solo era un rumor demasiado poderoso.

Estoy llegando tarde, la puta madre.

La Génesis que había visto transformarse en el teatro, no era su Génesis, solo el vestigio de lo que solía ser, una mancha que no pudo borrar. El fantasma que tampoco se había molestado en odiar, simplemente no podía hacerlo. Se llevó la mano al pecho mientras equilibraba las medicinas para Zora en el brazo restante, de haber tenido el corazón en su lugar estaba seguro de que le habría dado una punzada.

Génesis [La voluntad de Caos] [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora