Capitulo setenta y cuatro

10.5K 387 34
                                    

 

Capitulo setenta y cuatro.

Contuve la respiración por varios minutos cuidando no hacer ningún ruido que le diese la pista que tanto estaba necesitando para encontrarme. Mantuve mi mano llena de chocolate apretado lista para ser lanzada.

“Sal, sal princesa, prometo no hacer nada.”

Oh, no bromees abuelo, esta vez ya no soy una niña, sé muy bien que cuando él dice algo así lo siguiente que se verá será harina por toda la casa y una ____completamente cubierta con ella.

“Vaya, sí que has aprendido a esconderte.” Exclamo lo suficientemente alto como para que le oyese.

“Listo para la acción. “ Musite solo para mí y abrí la puerta del armario que me tenía encubierta en cuanto vi la sombra de los pies de Lucas pasar por allí. Todo el chocolate que mantenía en mi mano quedo en su cabeza antes de que el pudiese notarlo y luego vertí el resto del pote con chocolate.

“Oh dios!” volteo y la harina que el tenia no me llego a tocar porque ya estaba corriendo por toda la cocina siendo seguida por él.

“Atrápame abuelo!”  Chille rodando la mesa, corrí al living con todas mis fuerzas intentando ocultarme detrás del sofá pero mis torpes pies se envolvieron con la alfombra haciéndome caer sobre el sofá caoba. “Demonios.” Gruñí y entonces lo siguiente que estuve haciendo por minutos fue escupir toda la harina que había entrado en mi boca al hablar. Lucas reía tomándose el estómago mientras veía mi cara y mi pelo completamente blancos.

“Vale.” Limpio las lágrimas que salían de sus ojos mientras yo le veía de brazos cruzados con un fingido enojo. A decir verdad, no podría enojarme con el teniendo en cuenta que yo había iniciado esta lucha de ingredientes y que, yo había sido la primera en llenarle el cuerpo con uno de ellos lo que demostraba mi triunfo indiscutible. “Con esto último doy la batalla de comida finalizada.” Alzo sus manos en alto demostrando que todo había terminado.

“Pero que ha sucedido  aquí?” Ambos volteamos a ver como la abuela dejaba caer su bolso y saco a un lado mientras miraba la harina y chocolate esparcidos por todo el piso. Sus ojos grises nos miraron con enojo sabiendo perfectamente que los autores de ese desastre éramos nada más y nada menos que nosotros.

“Culpa del abuelo.” Grite señalándole mientras intentaba inútilmente subir de a tres escalones para escapar de la situación.

“¿Qué? No, yo no fui…”

Reí entrenado a mi habitación por el rollo en el que le había dejado. Quite cada prenda de mi pijama, ahora sucio, y me di una merecida ducha quitando cada rastros de harina de mi cabello y cuerpo.

Y entonces, todo regresaba a la normalidad, esta pelea con mi abuelo solía ser la mayoría del tiempo cuando vivía aquí y surgía cuando la abuela o mama no estaban cerca, ellas hacían un escándalo si el piso o algún mueble se ensuciaban cosa que para Lucas y para mí era absurdo. Esta mañana en cuanto baje a desayunar fui muy bien recibida con unos panqueques con dulce de leche y un riquísimo café, que según la abuela, Lucas se había despertado temprano para ir a comprar a Starbucks. Demasiado considerado y adorable de su parte teniendo en cuenta que solo hacía unos minutos había parado la lluvia torrencial que inundaba la ciudad de Buenos Aires.  El desayuno paso amenos entre conversaciones entre mis abuelos y algunos relatos de mi niñez, mi abuela se encargó de avergonzarme preguntando con quien había estado hablando esa noche hasta las cinco de la mañana a lo que me excuse diciendo que mis amigas me necesitaban para un caso urgente, siendo que en realidad, mi insomnio había sido ocupado por nada más  y nada menos que Justin Bieber, él me había llamado tal cual lo habíamos acordado y nuestra conversación se había prolongado el tiempo suficiente como para sentir los pájaros fuera de mi ventana cantar avisando que estaba amaneciendo, el claro que no tenía sueño, los horarios eran totalmente diferentes. Me hablo de que sus hermanos habían preguntado por mí en una llamada telefónica que había tenido y que estaban ansiosos por volverme a ver tanto como Él estaba deseando que volviese a Los Ángeles, había prometido que no iba a arruinar lo que sea que tuviésemos y que extrañaba mi voz parlante por toda la casa tanto como mis travesuras. Si bueno, eso había logrado sacarme una sonrisa a las seis menos cuarto de la madrugada. Hablamos unos cuantos segundos más y cuando mi voz comenzó a sentirse adormilada Él se despidió de mí, diciendo que me llamaría en la tarde para poder hablar mejor y que no estuviese interrumpiendo mi sueño. Debo admitir que el despertarme a las 12 del mediodía fue bastante sorpréndete teniendo en cuenta que apenas y había pegado un ojo, pero todo sueño quedo a un lado en cuanto la abuela se fue a hacer su compra matutina de los alimentos para comenzar hacer el almuerzo, esa fue nuestra señal para dañar un poco los pisos y uno que otro mueble.

Give me a chance. -Justin Bieber y Tu- -FanFiction- (Terminada.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora