Capitulo ochenta y tres.

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Capitulo ochenta y tres.

Me removí incomoda en la comodidad de la cama sintiendo  los rayos del sol colarse entre las cortinas blancas de aquella lujosa habitación. Entre abrí mis ojos  y luego los volví a cerrar porque siempre era lo mismo, me costaba horres despertar en la mañana. Para cuando los abrí completamente pude notar a Justin recostado en su cama de lado con una mano bajo su cabeza sosteniendo su cabeza mientras sus ojos estaban fijos en mí con tanta atención que me hizo cohibir.

“Buen día, Stella.” Una sonrisa tironeo de sus labios sin enseñar los labios. Tenía el cabello mojado y el torso desnudo. Lo siguiente que note fue la toalla en su cintura lo que me dejaba en claro que se había dado una ducha.

“Buen día.” Musite con voz apaciguada por el peso de la mañana. Me levante de la cama y medio trote hasta su cama para caer de espaldas allí cuando él me indico con una seña que así lo hiciera.

Rio por mi actitud tan inmadura y volteo para quedar medio encima de mí. Cogió mi rostro con delicadeza. Pude sentir su colonia desde esta distancia.  “Buenos días preciosa.”  Musito sobre mis labios para luego plantarme un muy buen beso para comenzar el día.

“Que meloso has despertado hoy ojitos lindos.” Reí cogiendo su cabello y jugueteando con él.

“Tú eres la culpable.” Dejo sus labios varios minutos en mi frente y luego se levanto de encima mío para caminar a por su ropa. “Han traído el desayuno.” Apunto con su cabeza hacia una esquina y guie mi mirada para notar aquel gran carro con dos bandejas de desayuno en ella había; frutas en variedad, jugo de naranja, panqueques con dulce de leche, tostadas y varias mermeladas. Es decir, el paraíso estaba en mi habitación. Chille como una cría y corrí hasta la bandeja. “Desesperada” Le escuche reír a Justin a mis espaldas.

“Sh, cállate. Muero de hambre.” Empujando el carro con ruedas logre traerlo hasta la orilla de la cama de Justin y comencé a quitar ambas bandejas, porque por lo visto el aun no había desayunado. “Ten ojitos lindos.” El cogió la bandeja que estaba tendiendo con su desayuno y se recostó cómodamente sobre el respaldo de la cama, imite su acción.

“Te ves linda cuando duermes.” Comento de repente entre temas sin sentidos que estábamos tocando.

“Tú eres un psicópata que me observas mientras duermo.” Le apunte con el dedo jugueteando y apretándolo en su mejilla sin herirlo con mis uñas.

“Claro que no.” Movió su cara rápidamente abriendo su boca dispuesto a morder mi dedo, pero fui más rápida y lo aparte antes de que eso sucediera. “Me gusta contemplarte. Te ves toda calma y pacífica, no como esta chica hambrienta y charlatana que está sentada justo a mi lado.” Se mofo.

“Oh bueno, será mejor que me vaya…” Brome dejando la bandeja ya vacía a un lado. Había devorado por completo mi desayuno, parecía que no comía hacia décadas. El cogió mi brazo y tironeo de mí haciéndome caer sobre sus muslos.  “¡Oye!” Reí quitando cada mechón de cabello que se había escapado de mi desordenada coleta de caballo.

“No vas a ningún lado, preciosa.” Planto suaves besos en mi rostro hasta llegar a mi cuello. Reí apartándome de el rápidamente.

“No hagas eso, sabe lo que produce en mi.” Le apunte con el dedo índice estando parada con pies descalzos, cabello desordenado, una sudadera que me llegaba apenas debajo de los mulos, a un lado de la cama.

Alzo ambas cejas. “No lo sé. ¿Qué causa en ti?”

Claro que el era muy consciente de lo que ‘los besos en el cuello’ llegaban a producir en mi cuerpo asique no hacía falta responder aquello.

Give me a chance. -Justin Bieber y Tu- -FanFiction- (Terminada.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora