Capitulo veinte.

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Capitulo veinte.

¿Era broma? Debía serlo. ¿Qué hacia el aquí? Quiero decir, no es como si ya no haya venido al apartamento, pero siendo sincera anoche no habíamos terminado del mejor modo y lo que menos quería hacer era verme.

Parado en el medio del living con manos en  bolsillos de un jeans celeste combinado muy bien con una remera blanca corta, vans, y su pelo despeinado totalmente. Sus ojos me miraron sin perder ningún detalle de mí y solo para ese momento me di cuenta de mis fachadas; Short corto negro y una remera de tirantes en gris que tenía como pijama. Los colores invadieron mi cara.

“Hola.” Susurro después de unos minutos en silencio.

“Hola.” ¿Qué debía hacer? ¿Acercarme y darle un beso en su mejilla? ¿Abrazarle y decirle que lo sentía? ¿Quedarme en mi lugar y no hacer nada? La última sin duda fue la que utilice.

Justin se sentó a mi lado cuando me deje caer  en el sofá de tono beige que teníamos en el apartamento.

“¿Qué- que haces aquí?” me atreví a preguntar.  Me cruce de piernas en forma indio y me gire para poder enfrentarle. Sus ojos atraparon los míos y de repente fue difícil dejarlos ir.

“Necesitábamos hablar sobre lo ocurrido anoche.” La voz le salió ronca y apostaba que no hacía mucho acababa de despertar. 

“Si… sobre eso.” Me moví incomoda. “Lo siento si te hice sentir mal, la verdad es que no tenía idea de  lo que sucedía entre ustedes, desde que te he conocido que no utilizo redes sociales asique me es difícil saber si aun se ven o no, si están juntos o no. Les había visto en el coachella bien y juro que pensé que habían regresado, entonces,  la charla de las chicas llego a mi cabeza  mientras te lo contaba y la intriga me supero. Mi boca habla sin control y anoche eso fue lo que sucedió. Mi intención nunca fue ma..---“Su mano en mi rodilla me hizo parar de hablar en seco. Por poco y empezaba a hiperventilar.

Los nervios me habían superado una vez más. Siempre que estaba nerviosa o enfada tenía la costumbre de hablar sin parar. No media lo que decía, no importa si era malo o no, yo solo le decía y no hay quien me detuviera. Lamentablemente, a veces era malo hablar de mas, sobre todo si estas enojada. Las palabras pueden dañar a las personas mucho más de lo que crees, y luego de decirles es demasiado tarde para arrepentirse.

“Tranquila” Murmuro apenas audible para nosotros.

Abrí mi boca para decir algo pero todo lo que salió fue aire, aire contenido que llevaba y que solo me provocaba mientras su mano seguía en mi rodilla y hacia pequeños toques con su pulgar en un intento de calmarme. Estaba de mas decir que todo lo que estaba causando era de todo menos tranquilidad.

“No tienes nada de que disculparte, _____. El único que debe unas disculpas aquí soy yo.” Quito su mano de mi rodilla después de darse cuenta que con ella ahí, los sentidos no funcionaban en mi cabeza.  “Sé que me comporte como un imbécil contigo. No sabes cuánto me lo ha repetido Alfredo.” Rio sin gracia mirando a un punto fijo en el sofá. “Pero, de verdad lo siento. Tu no sabias nada y que me preguntaras sobre ella era algo de suponer, mas sabiendo que nos habías visto juntos.” Sus ojos volvieron a los míos. “¿Me perdonas?”

¿Cómo no iba a perdonarles teniéndole con esos ojos tan arrepentidos viéndome, sentado en el sofá de mi apartamento?

“Es que yo no sé, tendría que pensármelo…” Bromee viéndole. Sus ojos brillaron con entusiasmo cuando me vio asentir,  dándole a entender que claro le perdonaba.

“¿Cuánto tiempo debes de pensarlo? Es que no soy muy paciente ¿sabes?” Me siguió el juego. Sonreí de lado y el también lo hizo. 

“Me sorprende que estés aquí” Cambie radicalmente de tema después de estar minutos en silencio.

Give me a chance. -Justin Bieber y Tu- -FanFiction- (Terminada.)Where stories live. Discover now