Una belieber: una bailarina [Sin editar]

Epílogo.

—¡No hagas eso, por Dios! —me sujeté el estómago con fuerza teniendo un gran ataque de risa.

Justin me lanzó una mirada nerviosa lo que provocó que riera con más fuerza, él parecía estar sufriendo y empezaba a sentirme un poco mal por reírme. Me sequé algunas lágrimas y obligué a mi cuerpo a mantener la compostura.

—No entiendo como puedes estar tan tranquila, Alex —murmuró, me acerqué y le limpié el sudor que se le empezaba a formar en la frente.

—Si vas a gritar cada vez que él lo intente ¡nunca lo va a lograr! Le va a agarrar miedo. Solo relájate.

Me senté en el césped y rodé los ojos cuando Justin me dio una mirada de muerte.

El pobre la estaba pasando fatal.

—¡Pero puede lastimarse! ¡No puedo relajarme!

—No se va a lastimar teniéndote a su lado, Justin —resoplé frustrada.

Justin se estaba comportando como una madre súper sobreprotectora neurótica, Cameron ya casi iba a cumplir un año por lo que era normal que quisiera caminar pero ¡para Justin eso era faltal! En su gran y testadura cabeza eso solo significaba que se haría daño.

—Vale, lo intentaré —suspiró profundamente.

Resoplé y me moví de modo que estaba a unos cuantos centímetros de distancia, crucé las piernas en forma de mariposa y esperé a que Justin se preparara mentalmente, cosa que al parecer duraría todo el día.

—Justin… solo relájate ¿vale? No le pasará nada, tranquilo.

Realmente tuve que morderme los labios para no reír, la cara de sufrimiento de Justin era épica, se suponía que las madres eran las que sufrían por esto, pero en el caso de nosotros Justin se preocupada por los dos.

Dos intentos después yo estaba partiéndome de la risa mientras que Justin se quejaba.

—¡No puedo hacer esto! ¡Deja de reír, Alex!

Lo miré y empecé a reír con más fuerza.

—Es que tu cara, por Dios, me duele el estómago —quise exclamar entre risas pero estaba casi segura de que él no me entendió nada.

A Cam la situación también parecía divertirle ya que aplaudía con sus pequeñas manitas regordetas mientras reía/gritaba y saltaba en los brazos de su papá.

—Miralo a él, por Dios —dije ya calmada—. Has envejecido treinta años en veinte minutos.

Sonreí cuando el bebé se bajó de sus brazos y gateó en mi dirección, lo tomé en mis brazos y le llené la cara de besos en cuanto Justin seguía lamentándose.

—Mamamamamamamamama —balbuceó con las manos metidas en la boca.

Sonreí feliz y volví a besarlo en la mejilla.

—Cam está feliz mientras que tú estás a punto de un colapso nervioso. Ven acá .

Justin se acercó haciendo pucheros, rodé los ojos divertida y le di un beso en los labios.

—Parezco una madre de cincuenta años sobreprotegiendo a su primer hijo. Es algo deprimente —se quejó y apoyó la cabeza en mi hombro.

Me reí. Cameron al ver el rostro de su padre tan cerca se sacó las manos de la boca y se las pasó a Justin por la cara riendo, mostrando los únicos dos dientes que tenía en la encía inferior.

—Iuh, no hagas eso, Drew —con el paño de tela que tenía en la mano le limpié la cara a Justin y luego las manos del bebé.

—No le digas así, ew.