Capítulo 3.

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El levantarme, darme un baño, tomar el desayuno, ir a trabajar y terminar el día discutiendo con Justin se había convertido en mi rutina diaria.

Después de la charla amistosa que tuvimos en la cocina el día del café pensé que perdería el trabajo, pero no fue así y me sorprendí mucho por eso.

-Esta mierda apesta -le comenté a Holly tomando un sorbo de la botella de agua.

Podía sentir el sudor correr por todo mi cuerpo haciéndome sentir asquerosa. Cuando acepté ser la coreógrafa no pensé que el trabajo iba a ser tan difícil y que además tenía que soportar el humor de mierda de Justin más seguido.

Luego de más o menos una hora de estar moviendo el bote sin cesar llegó el tan anhelado descanso por lo tanto decidí ir a buscar más de ese líquido marrón que necesitaba para vivir: café.

Al llegar a la pequeña cocina improvisada vi que allí estaba Justin con su hermana pequeña a la cual había traído consigo.

Jazmín estaba sentada en una silla alrededor de la mesa jugando con una muñeca mientras que su hermano le preparaba un emparedado o algo así. No quise interrumpir así que me apoyé en el umbral de la puerta observándolos.

-Justin -lo llamó la pequeña, a lo que él respondió con un ajá-, ¿ya está lo que te pedí?

Él se pasó una mano por el cabello estando estresado y murmuró un seco no mientras seguía moviendo las manos un lado a otro. Al cabo de un momento Jazmín volvió a preguntar lo mismo y Justin estando exasperado prefirió no responder.

-Toma -dijo él tendiéndole un plato con un sándwich.

Jazmín levantó la primera tapa de pan dejando al descubierto un sándwich muy al estilo Bieber, con solo tomate y salsa. Asco, apuesto a que ni él mismo se comiera eso.

-¡Iu! -exclamó con cara de asco-. Esto es asqueroso -añadió.

-¡Mira Jazmín! Si te traje aquí no fue por decisión propia ¿okay? Así que te pediré que por favor dejes de ser por un momento tan niñata y quejica que me tienes harto. Por favor sólo déjame en paz y desaparece de mi vista -le dijo elevando el tono de voz.

Lo mire sorprendida, sabía que era un hijo de puta pero pensé que con su familia en especial con sus hermanos era diferente.

Wao, Bieber cada día me sorprendía más cuando descubría algo nuevo de ti, eras una jodida caja de sorpresas.

-Oye -intervine cruzándome de brazos-. No es necesario ser tan idiota, ¿vale? Es tu hermana así que bájale a los humos.

Se volvió hacia mí y me regalo una de sus tantas miradas asesinas.

-Y tú deja de meterte en donde no te llaman.

Rodé los ojos estando malditamente calmada.

-Una cosa que necesitas saber sobre mi Bieber -me quité del umbral y me acerqué a él encarándolo-, yo me meto en donde se me de la gana.

Él me miró levantando una ceja y sonrió de forma arrogante.

-Un consejo -dijo acercándose aun más-. No te cruces en mi camino y mantente alejada de mí -añadió en mi oído cuando pasó a mi laso.

Solté un gruñido y di media vuelta para verlo salir de la estancia. Rápidamente le preparé un sándwich de verdad a Jazmín y al terminar se lo entregué y me senté enfrente suyo.

-Hola -la saludé, sonriendo-. Soy Alexha, ¿tú eres?

Ella me miró inspeccionándome y pude notar la tristeza en sus ojos. Maldito Bieber.

Una belieber: una bailarina [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora