Una belieber: una bailarina [Sin editar]

Capítulo once. (Parte 1)

Nota de la autora, o sea yo: Hey, mis niñas, sé que ayer subí cap, y también recuerdo el horario que he roto :) Este espacio, o este capítulo es para avisarles que UBUB2 se va de vocaciones, sí, lo sé, raro, pero me tomaré un descanso, sin presiones. Así que en este cap las dejo más intrigadas que nunca ;). En el grupo de wspp estaré dando algún que otro adelanto, eso depende de lo animada que esté para escribir.
Eso es todo. Ahora sí, lean el último cap por un tiempo. No me extrañen, baes.

Aclaro que esto ni siquiera es un cap, está muy corto, demasiado corto, así que es más como un pequeño adelante o la primera parte del capitulo once.
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“Razón #120: necesito ver tu sonrisa todos los días, es ahí cuando siento que todo está bien, que yo estoy bien”

Rodé los ojos y volví a dejar el celular de lado.

—¿Es necesario que me envíes mensajes aun cuando estás a mi lado?

Le envié una mirada de muerte y puse distancia entre ambos, él ni se inmutó. Supuestamente veíamos una película, no recuerdo en que momento acepté, el hecho es que estaba disfrutando de tenerlo a mi lado.

Trataba de ser lo más dura y seca que podía con él, sin embargo estaba resultando ser muy difícil. Por muy mentira que parezca, no quedaba ni sombra del hombre prepotente

y seguro de sí mismo que conocí hace un tiempo atrás.

—Sí, es necesario —volvió a encogerse de hombros.

—Justin, basta.

Eso sí que llamó su atención.

—¿Basta con qué? —preguntó dejando el celular de lado.

Me levanté y me tapé el rostro con las

mientras suspiraba profundamente.

—Con esto —nos señalé a ambos—. No trates de recuperar algo que ya está perdido.

Levantó una ceja, imitó mi acción y se puso enfrente de mí con cara de malas pulgas.

—¿Qué quieres decir?

—¿Que qué quiero decir? —tomé una bocanada de aire—. Quiero decir que no lo haré, no te escucharé, no te perdonaré, no volveré a tu lado, ¿captas o es necesario que te lo diga una vez más?

Justin retrocedió un paso. Cerré los ojos con fuerza a medida que sentía una fuerte opresión en el pecho.

—¿Estás segura de lo que dices?

Me tranquilicé un poco, estaba a un segundo de echarme a llorar.

—Sí, Justin. No quiero hacerlo, no volveré a sufrir por ti culpa, entiende que la cagaste, me jodiste y jodiste lo nuestro, aprende a aceptar que has perdido porque a mí no me volverás a tener nunca más.

Y así, ignorando todo lo que había dicho, acortó la distancia entre ambos y simplemente me besó.