Capitulo cinco. Maratón 1/2

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Dejé el celular en la arena negando con la cabeza. ¿A qué jugaba Justin? ¿Con qué intención me estaba llamando ahora, después de tanto tiempo?

—Contesta.

Lo miré como si hubiera perdido la cabeza.

—No.

—Vamos a ver, Alex —suspiró—. ¿No crees que si te está llamando es por algo?

Eso me hizo enmudecer. Estaba en lo cierto, pero algo dentro de mí se oponía a que respondiera a esa llamada.

—No lo haré —dije no muy segura de mí misma. Cuando se trataba de Justin actuaba en contra de mis instintos.

Mi hermano, levantó las manos hacia el cielo, como si estuviera pidiendo paciencia.

—A veces exasperas tanto.

Puse los ojos en blanco y solté un bufido; quien exasperaba era él.

—No exageres.

—No lo hago. Solo te estoy diciendo que le contentes. Él no te está llamando por nada. Si no lo haces tú lo haré yo.

Necesitaba ponerle un alto o de lo contrario terminaría contestando. Miré el celular, el cual seguía vibrando en la arena. «Que pesadito es Justin.»

—Vamos a ver, Eduardo, ¿de qué lado estás?, porque te recuerdo que yo soy tu hermana —espeté un poco molesta.

—¡No se trata de lados, Alexha! Yo solo quiero verte feliz.

—¿¡Y Justin que tiene que ver con mi felicidad!?

Me levanté y él hizo lo mismo. Era ilógico que estuviéramos discutiendo por eso.

—¡Él es tu felicidad, eso tiene que ver!

—No digas tonterías —dije bufando.

Eduardo se veía, en realidad, muy exasperado.

—Las tonterías las estás diciendo tú al tratar de ocultar algo que es muy claro, Alexha, no haces más que engañarte a ti misma —comentó bajando el tono de su voz.

Negué con la cabeza y miré hacia otro lado; no quería que viera mis lágrimas.

—No sabes lo que estás diciendo.

—No, Alex, yo estoy diciendo la verdad y tú en tu subconciente lo sabes. Te he observado por estos meses y ya no queda ni sombra de la Alexha que eras hace un tiempo. Él te hizo daño, sí, pero solo él puede reparar ese daño y hacerte feliz de nuevo.

De inmediato lo tuve a mi lado. Me lancé a sus brazos llorando. Lloraba porque sabía que tenía razón pero tenía miedo, miedo a tenerlo y después perderlo como había sucedido, miedo a sufrir y a volver a caer rendida a sus pies.

No quería que Justin volviera a manejarme y a moldearme a su antojo como lo había hecho. No quería que volviera a absorberme y que por ese motivo yo dejara de ser yo misma.

Cuando estaba con él olvidaba todo, mis principios, mi personalidad, todo. Por culpa de él había dejado de ser quien era; o por culpa mía, también.

—Contesta esa llamada —pidió mientras seguía acariciando mi cabello.

Me quejé débilmente.

—No puedo.

—Ay, Alex, si no lo haces te arrepentirás. Vivirás pensando en el si; "si hubiera contestado esa llamada, ¿que hubiera pasado" Te atormentarás toda la vida sabiendo que has dejado ir a la única persona que has amado de verdad.

—Para, por favor —le supliqué en un susurro.

—Quiero verte feliz de nuevo y tu felicidad está al lado de Justin. Toma —me tendió en celular y se separó sonriendo—. Te dejo sola para que contestes.

Me quedé sola con el celular en la mano, teniendo un debate en mi interior acerca de que si debía contestar o no.

¿Por qué Justin Bieber complicaba tanto mi vida?

*****

No porque me tomo la molestia de establecer un horario si que no lo voy a cumplir.

Una belieber: una bailarina [Sin editar]Where stories live. Discover now