Una belieber: una bailarina [Sin editar]

Capítulo 24.

(Este capítulo, en especial, quiero dedicárselo a @IsiBieber20, a @yamiledelgado2014, @natutellangd y a @thesmileofbiebs, porque ustedes chicas con sus comentarios me impulsan y animan a seguir escribiendo. Creo que ustedes no saben la alegría que siento cuando comentan; por eso mismo he estado subiendo capítulos muy seguido.
De nuevo gracias por todo, espero que comenten, así sea una carita —:)— y ¡disfruten el capítulo!)

Mis ojos se enfocaron en él y no pude despegarlos por un largo tiempo. La boca se me secó mientras lo miraba de arriba abajo, él bailaba con una chica muy de cerca y cuando Will lo ordenó levantó la cabeza encontrándose con mis ojos.

Se veía exquisito, su torso estaba desnudo y los pantalones le caían por las caderas mostrando parte de su bóxer. El “club” que se se llamaba Leidenschaft (pasión en español) era conocido porque en él podía hacerse lo que quisiese la gente, quedaba en un zona peligrosa por lo que todos los que estaban en él no eran unos santos. Bueno, esa fue la descripción que dijo Will.

—¡Vamos, Justin, cométela con los ojos! ¡lo único que quieres es tenerla en tu cama no casarte con ella! ¡ahora tú, Alexha, tienes que mostrarte indiferente! ¡Eso así, retira la mirada y sigue bailando!

Hice lo que él me pidió olvidándonme de lo sexy que se veía Bieber y casi que suspiré con alivio cuando Will gritó “corten”.

Rápidamente me quité los audífonos, y caminé lejos de todos, no sin antes escuchar el “esto es todo por hoy, los espero mañana chicos” de Will. Fui hacia los vestuarios y me quité la ropa para ponerme la mía. Dejé el maquillaje tal y como estaba y recogí mi bolso dirigiéndome a la salida, sin embargo, en vez de caminar hacia las puertas, me desvié y me senté en la grama verde mientras pensaba en todo y nada.

Todo a mi alrededor estaba sólo ya que los que aún quedaban en el lugar estaban en el estudio o en los vestuarios. Empecé a arrancar la hierba mientras mi mente se dirigía a una persona; pensamientos que fueron interumpidos cuando mi celular vibró, miré la pantalla confundida.

Era Eduardo.

—¿Bueno? —respondí cuando descolgué.

—¿Alexha? ¿eres tú?

Me llevé una mano a la boca, sorprendida.

—¿Juli? —pregunté, y las lágrimas no tardaron en salir—. ¡Oh, Dios mío, cariño! ¿cómo estás?

Escuché sus sollozos a través de la linea lo que hizo que mi llanto incrementara.

—Te extraño mucho —susurró—. Quiero que antes aquí con nosotros.

Me limpié las lágrimas. Yo también la extrañaba, separarme de ella fue lo más duro que hice en mi vida, pero era algo necesario. Yo quería a todos mis hermanos pero esa niña era mi vida completa.

—Yo también te extraño —murmuré, y me pasé la manga del suéter por la nariz—. Pero sabes que esto lo hago por ti, quiero devolverte la vida, cariño. Es lo que más deseo en esta vida.