Capítulo 41. «Capítulos finales»

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Había transcurrido un mes y mi relación con Justin iba de mal en peor. Sí, lo sé, hacía apenas unos días estábamos mejor que nunca pero, últimamente Bieber llegaba siempre de madrugada y se la pasaba todo el día en el estudio.

Trataba de comprenderlo pero, se me nublaba la razón cuando llegaba tomado y oliendo a mujer.

Todo era un maldito desastre.

No quedaba rastro del Justin dulce y cariñoso que me dijo que me quería desde el primer momento en que le dije rubio teñido.

—Hola.

Aparté la vista del televisor y la posé en Justin quien acababa de llegar.

Suspiré.

—Buenos días.

Él, haciendo caso omiso de mi tono cortante, se sentó a mi lado y trató de besarme. Está de sobra decir que no lo permití.

—¿Te pasa algo? —preguntó con el cejo fruncido.

«Me pasa que, ayer saliste a las dos de la tarde y apareces hoy a las nueve de la mañana. Eso pasa. ¿En dónde pasaste la noche»

—Nada —me encogí de hombros—. Sólo me duele la cabeza.

Él asintió a pesar de que no parecía satisfecho. La sala quedó en silencio y volví a concentrarme en el televisor.

—¿Justin? —lo llamé luego de media hora en silencio. Cuando me miró añadí—: ¿Podemos hablar?

—¿Tiene que ser ahora?

Tomé una bocanada de aire.

—Sí, es importante.

Ignorando lo que dije se levantó y empezó a subir las escaleras. Lo seguí con la mirada.

—Estoy muerto del sueño. Hablamos después.

Cerré los ojos con fuerza y me dejé caer en el sofá. Llevaba ya varios días queriendo hablar de lo mismo con él y aun no lo conseguía.

Eso tan importante que tenía que decirle era que, el contrato finalizaba el 25 de octubre y estábamos a 20.

No sabía que debía hacer.

Horas más tarde, mientras seguía viendo televisión ya que no tenía nada que hacer, bajó Justin.

—¿Vas a salir? —le pregunté cuando se acercó a mí para besarme.

Sin mirarme respondió:

—Sí. Tengo algunas cosas pendientes.

—¿Podrías hacerme el favor de mirarme? —cuando lo hizo comenté—: Me dijiste que hablaríamos después y creo que ese después es ahora.

—No tengo tiempo para tus tonterías, Alexha —espetó, molesto.

Tomé aire varias veces, tratando de controlarme.

—¡No es ninguna tontería lo que trato de decirte!

—¿De qué quieres hablar? —preguntó alzando la voz—. ¿Vas a preguntarme lo de siempre?

Lo miré de mala gana y levántandome del sofá murmuré:

—¿Y qué es lo que siempre pregunto?

—¡Que si he hablado con Vanessa. Y siempre te respondo que sí lo hice! —gritó fuera de sí.

Abrí la boca sorprendida, era verdad que siempre le preguntaba eso pero sólo era porque no le creía nada en absoluto.

Calmándome un poco volví a hablar.

—¿Podrías llegar temprano hoy? —no contestó—. Lo que te tengo que decir es importante, es algo que al parecer tú olvidaste.

Él cerró los ojos y cuando los abrió estiró la mano, me atrajo hacia su cuerpo y me besó.

—Siento haberte gritado, pero estoy muy estresado. ¿Qué te parece si hoy en la noche preparas algo y tú y yo tenemos una cena romántinca?

Sonreí.

—Perfecto. Y ahora vete para ver si así llegas temprano.

Me dio un beso de despedida y sin mas se marchó.

****

Se acerca el final mis niñas.

Éste corto capítulo es una recompensa por lo mucho que han esperado.

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Una belieber: una bailarina [Sin editar]Where stories live. Discover now