Capítulo 15.

4.3K 177 5
                                    

Tragué duro, era la primera vez que veía a Justin tan vulnerable; la mirada en sus ojos me hizo dudar por un momento en si decirle la verdad o no.

Creo que todos somos humanos, cometemos errores y, supongo que él noche no estaba en sus cinco sentidos, porque si de algo me había dado de cuenta cuando vivía con él era que cada noche, o la mayoría de ellas, se refugia en el alcohol o en las drogas, quizás para ¿olvidar?

Por una parte lo sentía que lo entendía, o creía entenderlo, porque si me ponía en sus zapatos lo más seguro era que no aguantaría toda la presión de los medios y de los detractores, ser tan famoso y tener tanto dinero a su edad podía tener sus desventajas, creía que no era fácil estar bajo el ojo público con cada respiro que daba.

Para él debía ser difícil que hasta por un pedo mal echado que se tire lo criticaran hasta desearle la muerte. Y no entendía porqué la gente simplemente no podía captar que aunque los artistas, en especial Justin, fueran tan famosos y  tuvieran dinero no quería decir que dejaran de ser humanos y muchos menos que no sintieran nada.

—¿No recuerdas nada de lo que pasó anoche? —logré preguntar, por algún motivo sentía un nudo en la garganta.

Él me miró largo y tendido y, sentí que mi boca se empezaba a secar.  Su mirada se mostraba atormentada, y se pasó una mano por el cabello para después caminar a la antesala.

Lo seguí.

—No —sacudió la cabeza varias veces.

Su vista estaba enfocada en la botella rota. Sin verlo venir volteó por lo que quedamos cara a cara. Dios, ese hombre era tan hermoso.

Su mano rozó levemente el moreton de mi mejilla, sus ojos estaban fijos en ella, y como reacción instantánea de mi cuerpo sentí un leve escalofrío atravesándome de punta a punta

—¿Te hice daño, Alexha? —preguntó, su voz era tan baja que incluso creí no haber escuchado bien.

Con la misma rapidez con la cual se acercó se alejó de mí, con el ceño fruncido, sus pies caminaban de aquí para allá y se tiraba de los extremos del cabello.

—Justin… —empecé, pero no sabía que decir.

Su actitud era extraña, parecía que estuviera debatiendo una batalla interna consigo mismo.

Finalmente se detuvo y me miró por encima de su hombro.

—¿Qué?

—Cálmate, si sigues dando vueltas vas a cavar un hoyo en el piso, por favor, siéntate.

Me preocupaba su actitud, temía que en cualquier momento se fuera a derrumbar, estaba tan estresado que incluso yo no lo entendía, ¡a ver que él no era ningún santo! Aquel día en donde casi me parte la madre estaba en sus cabales, así que no entendía porqué estaba tan preocupado por lo que podía o no haber pasado.

—Vuelvo y repito, ¿qué pasó anoche? —no respondí—. ¿¡Qué no entiendes que necesito que me digas!? ¡no puedo Alexha! ¡no puedo quedarme tranquilo sabiendo que pude hacerte daño! Dios, ¿en quién me he convertido?

Parpadeé con rapidez, no podía soportar esto, verlo de aquella forma, simplemente no podía, quería…

no sé, quizá abrazarlo, tampoco entendía porqué me dolía tanto ¡joder! Era él quien había hecho mi vida imposible desde que lo había conocido, era él quien prácticamente me había comprado aprovechando que yo necesitaba dinero urgentemente, él era quien la noche anterior me había golpeado. Dios, ¿qué estaba pasando conmigo? ¿por qué cuando se trataba de Justin simplemente pensaba en ayudarlo sin importar todo el daño que él me había hecho?

Cerré los ojos por un momento y tomé una bocanada de aire antes de empezar a hablar.

—Anoche escuché unos ruidos abajo, eran alrededor de las dos, cuando bajé estabas tirado en el piso y te reías como un lunático —fruncí el ceño, ¿qué demonios tenía el alcohol que hacía que la personas se rieran por cualquier pendejada? Antes de continuar,  tomé asiento en el sofá—. Te ayudé a levantarte y… cuando lo hice me pediste que te trajera una botella de vodka —alcé la mirada y me encontré con sus malditos e irresistibles ojos—, cuando te la hube dado me ordenaste que me sentara contigo… te dije que tenía sueño pero de todos modos lo hice; tú querías que tomara y pues yo no tomo así que… as-í qu-e… me oblig-aste a be-b-er.

Su rostro se descompuso en algo que no supe identificar; por enésima vez se pasó las manos por el cabello tirando de los extremos, a esas alturas parecía que se hubiera quedado pegado a un tomacorriente.

—¿T-e o-bli-gué de qué fo-orma? —tartamudeó.

Vaya, ese día estaba lleno de sorpresas: primero, me había dicho un elogio o algo parecido, después lo vi incluso hasta más vulnerable que yo y, por último estaba tartamudeando.

—Introduciste la botella en mi boca, yo te grité que no tenías derecho a hacer eso y …—me detuve, o las lágrimas me detuvieron.

—¿Y? —instó él.

—Te volviste loco, me tiraste al suelo y —sorbí por la nariz—, tú me golpeaste.

***************

¡Hola! ¡Chicas, estoy oficialmente muerta!  El colegio me tiene a más no poder.

¿Les gustó el capítulo? Lo tenía escrito desde hace tiempo pero no tuve tiempo para subirlo.

Una pregunta, ¿pertenecen a otro fandom? Yo soy directioner y más o menos de la 5sosfam.

Otra cosita, ¿me siguen en twitter? Aparezco como @0194_amnesia.

¡Besos!

Una belieber: una bailarina [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora