Capítulo nueve.

2.8K 169 9
                                    

Hi! Antes de que empiecen a leer tengo que avisarles que el cap está muy, MUY corto, pero si lo subí es porque es sumamente importante... así que espero que les guste y dejen un votoo un comentario por allá abajoGracias por todo, por todo y recuerden el grupo de wspp y el fb. ¡Qué tengan un buen día! Ah, y por cierto saludos a Sandra y a Jenni. Besos.

Disfruten el capitulo, bellezas.



—Prometiste que no me dejarías —escuché que decía cuando ya había dado un par de pasos con la intención de salir de su vida para siempre.

Me detuve en seco, la ira empezaba a formarse en mi interior, ¿con qué cara me decía que estaba rompiendo mi promesa cuando él rompió la suya?

Di media vuelta para encararlo y con toda la rabia que pude reunir me reí con sarcasmo.

—¿Eres consciente de la estupidez que estás diciendo? ¡Tú prometiste que no lo arruinarías, que no harías que me arrepintiera de estar a tu lado! ¿Y qué hiciste? ¡Respondeme!

Su cara decayó por unos segundos. Traté de respirar hondo para calmarme, de veras que lo intenté, pero fue imposible. Sí, sabía que había prometido que no lo dejaría pero, más que todo ese día lo hice porque me tocaba, no podía responderle que no cuando él me lo pidió en su peor momento de debilidad.

—Necesitamos hablar. Si esto no fuera importante para mí, si tú no me importaras, no estaría hoy aquí. No sabes lo difícil que fue para mí entender que debía darte tiempo, cada maldito día de estos cinco meses quise buscarte, pedirte perdón por lo estúpido que fui y decirte cuánto te quiero.

Y así, como si nada, mi mundo se derrumbó por tercera vez en ese día, sus palabras me habían llegado al alma, pero fue su forma de mirarme la que me recordó cuánto lo amaba.

Pensé qué decir, abrí y cerré tratando de decir algo y nada salió.

—Sonará estúpido, cursi y cliché lo que te voy a decir —continuó diciendo y dio un par de pasos acercándose a mí—, pero si no lo digo no me lo voy a perdonar nunca.

Retrocedí un paso cuando él estaba lo suficiente cerca como para respirarme en la cara, sin embargo eso no duró mucho. Contra todo pronóstico su mano tomó mi muñeca, me dio la vuelta, y me abrazo, quedando así mi espalda contra su pecho y su aliento en mi oreja.

Iba a tener una combustión, eso era lo más probable. En ese momento, tenía millones de emociones a flor de piel, lo odiaba, lo amaba, no quería perdonarlo, quería perdonarlo, quería patearle las bolas pero también deseaba besarlo.

El hilo de mis pensamientos se fue a la intemperie cuando me abrazó con más fuerza, cualquiera que lo hubiera visto hubiera pensado que quería fundir nuestras cuerpos.

—Justin... —balbuceé, la capacidad habla/cerebro había sacado la telita y cada vez que me acercaba a ella para tratar de decir algo me gritaba ¡olé!

¿Ven? Mis capacidades motrices en ese momento no eran las mejores y estaba pensando idioteces.

—Shh, cariño, no digas nada, deja que te diga todo lo que quise decirte y nunca lo hice —susurró, acariciando mi cuello con su nariz.

Debía mantener mi boca cerrada o de lo contrario haría un ridículo de mierda. Puse mis manos por encima de sus brazos solo por el simple hecho de que no quería dejarlos inertes a cada lado de mi cuerpo.

—Justin...

«¡Cierra la maldita boca!», mi yo interna o subconsciente, como quieran llamarlo, me recriminaba por ser tan tonta sentada en su vida silla, con sus gafas, y una pistola en la mano, ¿por qué la pistola? Ni idea.

—Te quiero —bajó más el tono de voz, como si quisiera que solo yo escuchara aquella confesión—. Joder, que te he querido desde mucho pero tenía miedo, Alex, miedo a que desaparecieras de mi vida así como llegaste. Tenía miedo a destruirte como lo hago con las cosas buenas que aparecen en mi vida pero entre esas cosas tú eres la mejor. Y lo hice, te destruí y te hice sufrir y me arrepiento, cariño, lo hago cada vez que me levanto y no te encuentro a mi lado, me acostumbré a ti tanto que si no me perdonas tendré que aprender a vivir sin ti. Y tal vez, esto es la más estúpido que te han dicho en tu vida pero cuando tú apareciste en la mía, me diste una razon para seguir viviendo, para seguir manteniéndome firme dentro de tanto caos. Después de tanto tiempo de estar muerto en vida tú me devolviste la ganas de vivir... te quiero.

Una belieber: una bailarina [Sin editar]Where stories live. Discover now