Capítulo once. (Parte dos)

3K 154 11
                                    

Mi mente se tildó por completo. Tantas sensaciones que había olvidado estaban acoplándose en mi cuerpo y mente. Ese era el efecto Justin Bieber, aquel que no me dejaba pensar con claridad, y que hacía que las piernas me temblaran al igual que toda yo.

Sus manos se escabulleron por mi cuerpo hasta parar en mi cintura y apretarla con fuerza. No sabía que debía hacer, si separarlo o disfrutar del momento.

El roce de sus labios era especial, lo había hechado mucho de menos, extrañaba estar entre sus brazos y sentirme querida por solo un minuto hasta que las cosas se fueran a abajo.

Y fue ese pensamiento el que me hizo reaccionar.

—Jus...tin, para —separé mi rostro del suyo—. No me hagas esto, por favor.

Sus manos tomaron mis mejillas, cerré los ojos y los apreté rehusándome a mirarlo a los ojos.

—Alex, cariño, mírame, por favor —susurró.

Negué con la cabeza, estaba siendo muy infantil, lo sabía.

—No.

Escuché que se reía por lo bajo, el muy pendejo siempre se reía cuando no debía hacerlo.

—¿Sabes algo? —abrí nada más un ojo. Él volvió a reír—. Eres muy tierna.

—Eso ya lo sé.

Abrí el otro ojo y lo miré de mala forma.

—No, eso no era lo que te iba a decir.

Me separé de él y caminé hacia la ventana observando el mar. En ese momento me sentía diferente, sentía que mi amor por él había resucitado con ese beso, de hecho me sentía un poco más enamorada. Debería de ganar un premio a la idiota del año.

—¿Entonces?

Sentí que se acercó por detrás, estábamos muy cerca. Apoyó la barbilla en mi hombro, me dio un beso en la mejilla y puso sus brazos a mi alrededor.

—Me prometí a mí mismo que si después de todo lo que pasamos volvería a tenerte así de cerca, te abrazaría con fuerza y nunca te dejaría ir.

Apreté los ojos y los labios con fuerza sintiendo con más fuerza cada latido que daba mi corazón. Sus palabras eran como puñales que provocaban que me desangrara tanto por fuera como por dentro. Justin era un jodido terremoto que solo llegaba a mi vida para hacerla miserable, pero también era aquella luz que iluminaba mis días y que me hacía sentir como nadie lo lograba.

Me mordí el labio inferior, abrí los ojos y empecé a meditar lo próximo que iba a decir, los pros y lo contras de escucharlo, y las consecuencias y beneficios que me traerían el perdonarlo.

—Justin —lo llamé y traté de alejarme pero sus brazos me mantenían retenida junto a él.

Suspiré larga y detenidamente para no perder la paciencia.

—Mm —respondió con el rostro escondido en mi cuello.

Me encogí un poco ya que su respiración me daba cosquillas, pero de igual forma esa vez no traté de separarme.

—¿Por qué estás haciendo todo esto?

—Porque te quiero.

Sonreí un poco.

—Déjate de payasadas; hablo totalmente en serio —le dije.

—Yo también lo hago.

Rodé los ojos. Mi enojo había desaparecido por completo.

—Ajá, sí.

—Mm.

De nuevo el silencio, no era un silencio incomodo, era aquel silencio que necesitas cuando debes pensar qué decir, aquel silencio que se establece cuando estás con las persona que amas y tratas de buscar las palabras correctas para explicarle lo que sientes y lo que esperas de ella, así era ese silencio, uno en donde solo se escuchaban nuestras respiraciones y el suave vaivén del viento y de las olas del mar.

—¿Por qué haces todo esto ahora? Tuviste seis meses para demostrar que me querías, y ahora que trato de empezar una nueva vida, una vida sin ti, vienes y dices las palabras que anhelé escuchar hace tiempo atrás. No te entiendo.

Escuché y sentí que suspiraba con fuerza mientras que su agarre a mi alrededor se hacía más posesivo.

—Porque en esos seis meses no tenía mis sentimientos totalmente claros, me tuvo que pasar lo mismo que a los idiotas de las telenovelas para poder darme de cuenta de lo importante que eres para mí.

Durante esos seis meses fui un jodido egoísta que actuaba según lo que yo creía que era mejor para mí sin importar el daño que te hacía con cada acción mía. Fui, soy y seré un idiota, Alex, toda mi maldita existencia me arrepentiré de lo mal que me comporté contigo al principio, y no te prometo que cambié porque no lo hecho, pero sé que si tú estás a mi lado esas cosas buenas que hay en mí y que han estado escondidas durante mucho tiempo saldrán a relucir y te enseñarán quién es el verdadero Justin Bieber y no a la persona que creó el mundo. Este soy yo, Alex, un idiota enamorado que quererte más no puede y que por ti sería capaz de renunciar a todo lo que tiene.

*******

Asco de capítulo, ya lo tenía escrito y solo le agregué un par de detalles. Deben de haber hartos errores pero *bosteza* tengo mucho sueño.
Bueno ahora disfruten este cap ya que desde aquí empieza mis vacaciones oficiales.
PD: Mas que todo este cap lo subí porque Ro me lo pidió y a Ro no le puedo negar nada.
La foto de multimedia me hace llorar sangre.
Besos a todossss.

Una belieber: una bailarina [Sin editar]Where stories live. Discover now