Capítulo 37.

4K 185 13
                                    

Moví mis labios sobre los suyos con una extremada suavidad, ésta vez mis manos viajaron a su cabello sintiendo entre mis dedos lo sedoso que era, si esa pesadilla fue algo surrealista entonces no había un nombre para describir lo que sentí al besarlo.

En ese instante solo éramos él, yo, sus manos aprisionando mis caderas y nuestras lenguas jugando entre sí.

Lo quería de una forma única y a pesar de todo me odiaba por confundir las cosas, sabía que ahora ya no había marcha atrás, como él lo dijo “yo lo había absorbido” y él hizo lo mismo conmigo.

Sin embargo, el crudo pensamiento de que él solo quería jugar conmigo permanecía en mi cabeza, pero me arriesgaría a perder el corazón en un intento de obtener su amor. Por él haría de todo; por mas cursi que sonara era la verdad.

Me separé de sus labios para coger aire, ambos estábamos jadeando, sonreí cuando presionó su frente contra la mía.

—¿Y qué significó eso? —su cálido aliento me hizo cosquillas por lo que reí ligeramente.

Abrí los ojos encontrándome con los suyos cerrados.

—Tómalo como quieras —él rió—. Creo que deberíamos ir a dormir. Son las cuatro y media.

Abrió los ojos y sonrió cuando me pilló mirando sus labios, puse los ojos en blanco, me separé y empecé a caminar hacia las escaleras.

Cuando ya estuve arriba iba a cruzar hacia la izquierda pero él me agarró de la muñeca. Gruñí, odiaba que hiciera eso.

—¿Para dónde vas? —preguntó confundido.

Señalé con la mano la puerta de mi habitación.

—¿A mi habitación?

El sonrió, me atrajo hacia sus brazos y me besó.

—Quédate conmigo, por favor.

A pesar de que su tono dulce me había derretido por dentro, me reí burlona ya que era la primera vez que decía “por favor”.

—Con una condición —comenté, mirándolo a los ojos.

—¿Qué cosa?

—Deja de retenerme por la muñeca, enserio, Justin, me trae recuerdos no gratos —le dije estando totalmente seria.

—Haré el intento ahora vamos, tengo sueño.

Él me agarró la mano y me guió a su habitación. Todo estaba en su lugar a pesar de que tenía días que no la arreglaba. Lo miré y él estaba sonriendo.

—Eres un maldito, Bieber, desordenabas esto sólo para joderme ¿cierto?

Se acercó a mí, riendo. La rabia no me duró mucho ya que me abrazó; amaba estar así con él.

—Me has descubierto —susurró en mi oído provocando que me estremeciera.

Puse los ojos en blanco.

—Lo dicho, eres un idiota —le dije.

Sus dedos recorrieron mi mejilla antes de darme un casto beso.

—Nada que no me hubieras dicho antes —volví a rodar los ojos—. Un día de estos te quedarás tuerta, que mala manía tienes mujer.

Me reí.

—Como sea, tengo sueño.

Él quitó los cobertores mientras yo me deshacía de mis sandalias, cuando volteé Justin ya estaba acostado, su ardiente mirada me puso incómoda así que me replanteé la idea de dormir con él.

—No te quedarás todo la mañana ahí ¿o sí?

Puse los ojos y me acosté a su lado. Sus brazos me rodearon manteniéndome firme contra su pecho desnudo. Sonreí, eso se sentía tan bien.

—Esto se siente tan bien —le hice saber, bostezando.

—Ajá. Buenas noches, nena —añadió con voz ronca.

—Buenas noches, nene.

Él soltó una grave risa haciéndome reír, también. Había sido un día horrorosamente largo así que no me costó mucho quedarme dormida, en sus brazos.

Abrí los ojos de golpe cuando sentí que Justin se revolvía en la cama, me incorporé y encendí la lampara de la mesita de noche. Sus ojos se mantenían cerrados, sin embargo, tenía el rostro empapado de lágrimas mientras murmuraba cosas incoherentes.

Mi corazón se contrajo cuando lo vi de esa forma, rodé en la cama hasta que estuve a su lado y puse las manos en sus hombros tratando de despertarlo.

—Justin, cariño, despierta —susurré. Sus murmullos se convirtieron en gritos—. Justin, amor, por favor despierta —le pedí, desesperada.

Sus ojos se abrieron alarmados mientras me miraba con los ojos llorosos. No soportaba verlo en ese estado así que lo abracé. No pude evitar llorar cuando él empezó a hacerlo en mis brazos.

—Justin, por favor cálmate, fue solo una pesadilla, amor. Nada ha pasado —le dije con voz dulce.

Le sequé las lágrimas.

—No lo hagas tu también, Alexha.

Me limpié mis propias lágrimas ante el tono desesperado de su voz.

—¿Hacer qué?

—Traicionarme y dejarme. No lo soportaría.

Le di un beso en la frente, en ese momento todo parecía aclararse respecto al porqué él era de esa forma.

—No lo haré.

—Prómetelo —pidió.

—Te lo prometo, Justin, nunca te dejaré.

****

¿Fui la única que se emocionó cuando ella le dijoamor”? Esos dos son mas raros que un perro a cuadros.

Y Alexha, beibe, no prometas cosas que no vas a cumplir; yo nada más digo.

Subo este capítulo para avisarles que el final se acerca :c, sin embargo, voy hacer segunda temporada.

Una belieber: una bailarina [Sin editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora