CAPÍTULO 44: Todo Perfecto

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CAPÍTULO 44: Todo Perfecto

(Astrid)

Después de aquella fatídica escena en el baño de chicas, mi corazón no cesaba de latir nervioso por mucho que intentara calmarlo. Aun así sabía que no cambiaría lo ocurrido por nada. Era algo que tenía que pasar y, por muy intranquila que me encontrase por las posibles consecuencias que acarrearía, la sensación de liberación reinaba en mí por encima de todo. Especialmente cuando tuve la oportunidad de relatarle aquella parte de mi pasado a Megan, quien juraría no pestañeo ni una vez en el tiempo que tardé en contárselo bajo su atenta mirada.

— No hay acción humana que pueda describir lo mindblown que me encuentro en estos momentos — dijo nada más finalicé mi historia.

— Prueba a haber presenciado cada segundo de ello — dijo Dylan a mi lado.

Le miré y me esbozó una pequeña sonrisa tranquilizadora, ya que sabía lo mucho que sentía el no haberle hecho caso en todos aquellos años. Él desde el minuto uno había estado a mi lado viéndome sufrir el acoso de Camila frustrado por no poder ayudarme. Sin embargo, sí que lo había hecho; animándome todo ese tiempo hasta que finalmente diese el paso por mí misma, porque había quedado demostrado que solo yo podía ponerle fin. Ahora únicamente esperaba que realmente fuera así.

Vi a Camila y a sus amigas acercándose a donde nos encontrábamos con bandejas sobre sus manos. Pude divisar que la mirada de Camila se encontraba dispersa a diferencia de sus amigas, quienes conversaban entre ellas.

Sin dejar de caminar hacia el sitio de su elección y una vez se encontraban a nuestro lado, Camila y yo cruzamos miradas. Juraría haber notado como mi corazón se posicionaba en mi garganta, preparado para salir, por lo que tragué con fuerza intentando frenarlo. Sin embargo pasó de largo dejándome con un sentimiento de alivio a la vez que incertidumbre dado que no estaba completamente segura qué cargaban sus ojos, ¿Indiferencia? ¿Odio? ¿Humillación? Era difícil de descifrar ya que podría haber sido perfectamente una mezcla de todo. Fuese lo que fuese, lo importante era que había pasado de mí, y al fin me acordé de cómo se respiraba.

— Estáte tranquila, Astrid — dijo Megan, claramente viendo mi estado de preocupación —. Después de lo que le has dicho, yo si fuera Camila me lo pensaría dos veces antes de decirte nada — sonrió divertida.

La respondí con una sonrisa propia y, siguiendo su consejo, inhalé y exhalé aire profundamente en un intento de calmarme para así poder continuar con mi comida sin sentir cómo mi estómago la rechazaba cada dos minutos.

Mirando el lado positivo, la situación con Camila y la posterior conversación con mis amigos habían ayudado a que, aunque solo fuera temporalmente, me olvidara de mi nuevo papel protagonista en el instituto. Pero ahora que ya habíamos dejado el tema atrás me sentía observada de nuevo.

Estaba tan concentrada en mi comida en un intento por ignorar a la gente de mí alrededor que pegué un brinco en mi silla cuando sentí que alguien se sentaba a mi lado repentinamente y sin previo aviso.

— Astrid — pronunció mi nombre nada más sentarse. Le miré tras recuperarme del sobresalto.

— Harry, que susto me has dado — dije con la mano todavía sobre mi pecho.

Sonrió enternecido ante mi reacción —. Perdona, no sabía que fueras tan asustadiza.

— Y no lo soy, es solo que... — pausé en mitad de la oración debatiendo sobre si contarle respecto a toda la atención que estaba recibiendo, pero no le veía el sentido ya que él tampoco podría hacer nada para evitarlo, lo cual tampoco esperaba que hiciera, y tampoco era plan de tenerle preocupado por mí. La solución estaba clara: tenía que acostumbrarme y punto.

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now