Doble Identidad (H.S)

CAPÍTULO 47 (Parte 1): Pre-baile

CAPÍTULO 47 (Parte 1): Pre-baile

(Astrid)

— ¿Estás segura? — pregunté a Megan de nuevo mientras terminaba de secar mi pelo con el secador.

— Ay que sí, pesada. Hazme caso, déjate el pelo suelto. Tienes una melena preciosa, déjala ondear al viento — insistió.

Resoplé rendida mientras me miraba en el reflejo del espejo del baño. Me veía rara cada vez que me soltaba el pelo. Llevaba demasiados años acostumbrándome a la coleta. Se me hacía mucho más cómodo llevar el pelo recogido, y aunque últimamente me había obligado a soltármelo con más frecuencia, seguía viéndome rara en el espejo. Y hoy, especialmente.

— No sabía que se te daba tan bien esto — dijo Dylan desde mi habitación. De reojo vi cómo él también se estaba observando en el espejo de cuerpo entero que tenía en mi habitación. — Nunca me habría atrevido a ponerme un traje que no fuera negro, pero la verdad es que me siento genial.

Era verdad, el traje que Megan le había elegido aquel día que fuimos de compras le quedaba que ni pintado. Un traje azul marino de cuadros, los cuales no eran demasiado vistosos lo cual le daba un toque muy elegante al conjunto.

— Da las gracias de que me hayas hecho caso. Sino serías otro chico más con el típico traje simple negro — explicó mientras pasaba sus manos entre mis mechones para darle volumen a mi pelo.

— Es cierto, me has salvado un día más de caer en la mediocridad — dijo mi amigo a la vez que se hacía la corbata por séptima vez — ¿Has pensado en hacerte estilista?

— Lo he pensado mucho, y la verdad es algo que me llama mucho la atención. Pero todavía queda tiempo para decidir, hoy centrémonos solo en lo bien que nos lo vamos a pasar — dijo la rubia.

— Sí, a ver si esta vez no es tan muermo — comentó Dylan.

Digamos que la visión que teníamos Dylan y yo hasta aquel momento de los bailes de instituto no era la mejor. Obviamente, íbamos juntos, como amigos. Pero a él no le gustaba mucho bailar y a mí no me gustaba llamar la atención, así que llegamos a la conclusión de que nos lo pasábamos mejor estando él y yo solos en casa viendo una película o jugando a video juegos juntos.

— Claro que sí, esta vez vais conmigo — dijo Megan sonriente, a lo cual yo también la sonreí cuando cruzamos miradas en el espejo —. Solo espero que el DJ ponga un poco de todo. El año pasado me harté de tanto 2000 ¿Es que nadie escucha música de antes de cuando nació?

— Ese es otro motivo por el que no nos suelen entusiasmar estas cosas — expliqué al fin participando en la conversación.

— Bueno, pues esta vez ya me aseguraré yo de que se reproduzcan más variedad de canciones. Además — habló colocando ambas manos sobre mis hombros una vez había acabado de peinarme —, tú esta vez tienes pareja "oficial" — dijo dedicándome una media sonrisa.

Sonreí de vuelta con las mejillas algo ruborizadas. Megan salió del baño y se sentó encima de mi cama ya que había finalizado su labor de estilista.

— Oye ¿qué pasa? ¿Yo no cuento? — enunció Dylan haciéndose el indignado.

— Me vas a comparar ir con tu amigo gay que con tu novio, sobre todo si ese novio es Harry Styles. Que, ya sabéis que tengo cero interés en él, no es mi tipo — dijo como intentando dejarme claro que no tenía ninguna intención con él, lo cual me hizo gracia —, pero sé reconocer la belleza cuando la veo.

Me levanté del taburete y caminé para salir del baño. Solo me quedaba vestirme para estar lista. Dylan y Megan ya lo estaban. Yendo juntos, ya que ninguno había querido pedirle a nadie del instituto ser su pareja, habían decidido complementarse. Por lo que Megan portaba un vestido largo verde pino con la pierna al descubierto. Destacaba por el diseño de nudos en el torso, el cual le ceñía justo encima de la cintura, dándole una bonita figura. El color combinaba con los motivos en la corbata de Dylan además de los cuadros. Así que, sí, se podría decir que se habían organizado incluso mejor que yo y que Harry, con quien no había hablado sobre nada respecto a lo que íbamos a llevar puesto. En parte porque era algo a lo que ninguno de los dos le daba demasiada importancia, y en parte porque yo no me conseguí decidir hasta el último minuto sobre qué ponerme.