CAPÍTULO 28: Opinión sobre el Amor

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Antes de nada quería dejaros una imagen de cómo me imagino la habitación de Astrid, al menos en estilo. Sé que solo se ve una cama y cómoda pero os podéis imaginar el resto de la habitación como más os guste jajaja.

 Sé que solo se ve una cama y cómoda pero os podéis imaginar el resto de la habitación como más os guste jajaja

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CAPÍTULO 28

(Astrid)

- Vale, definitivamente soy fan de este hombre - dijo mientras se tumbaba en la cama de nuevo. No había parado quieto desde que había empezado a leer la historia -. Se acuesta con no sé cuentas mujeres, se tira a la prometida de su enemigo y consigue enamorar a una novicia que encima le salva de su pecados - enumeró las razones -. Aunque no creo que sea tan grave lo que ha hecho.

- ¿Tan grave? Mata y engaña para conseguir lo que quiere. La única razón por la que se salvó fue porque el amor que sentía Doña Inés hacia él era incondicional, tanto que el que se marchara la mató. Puede que Don Juan acabe pidiendo perdón pero no se merecía ser salvado. - Le miré desde mi posición sentada en la cama.

- Venga, algo de mérito sí que tiene. - Se colocó a mi lado en el borde de la cama -. Además, no creo que fuera solo el amor de Doña Inés lo que le salvo. De verdad lo sentía, se arrepentía de lo que hizo. Fue un tonto y se dio cuenta de ello. No existe tal amor que perdone todo. - Sus últimas palabras fueron decayendo en tono, y su mirada se encontraba perdida por la habitación.

Cerré el libro -. Harry, ¿qué pasó?

Levantó la mirada y frunció el ceño rápidamente - ¿A qué te refieres?

- Uno no habla así del amor si no es porque lo ha experimentado. Ahora dime, ¿Qué pasó?

- No tiene importancia - dijo volviendo a su tono serio de nuevo.

Le cogí del mentón e hice que me mirara. Normalmente no actuaba así, pero sentí un impulso -. A mí sí que me importa. - Le solté cuando creí suficiente el tiempo que nos miramos. Carraspeó, bajó la vista y seguidamente abrió la boca y suspiró. Juntó sus manos sobre su regazo y volvió su mirada cansada a mí.

- Se llamaba Fiona.

- ¿Cómo la de Shrek? - pregunté inconscientemente para intentar suavizar el momento y porque fue el primer pensamiento que me vino a la cabeza al escuchar el nombre, pero me arrepentí inmediatamente de haberlo hecho.

Sonrió -. Sí, como la de Shrek. - Pero resultó. Yo también sonreí -. Yo acababa de cumplir los 16 y mis amigos me habían regalado mi primera moto. Antes practicaba con las suyas y tenía que obviamente devolvérselas sin un rasguño, así que me alegraba de por fin tener algo mío. Fiona se fijó en mi aquel día que corrí con mi propia moto por primera vez. Ella era una chica popular en aquel mundillo, todos la conocían, y muchos la alababan por su carisma y belleza. Ojos marrones, tez pálida, pelo negro y corto, alocado, pero siempre le quedaba bien. Era mayor que yo, tenía 20 o por ahí en aquel entonces, así que me sorprendió que tomara interés en un chico de 16 años. Me sentí bendecido por los dioses. Comenzamos a quedar juntos más a menudo y las cosas fueron bastante rápido y...

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now