CAPÍTULO 36: Contra Viento y Marea

317 39 1
                                    

CAPÍTULO 36

(Astrid)

No le entendía. No comprendía por qué seguía detrás de mí si ya había conseguido lo que quería. Ya se había reído de mí lo suficiente. ¿Por qué no me podía dejar en paz? ¿Se me iba a hacer difícil el verle todos los días en el instituto después de todo esto? Claro que sí, pero por suerte, ya quedaba menos para acabar el curso. Me graduaría y no tendría que volver a verle nunca más.

Tenía ganas de llorar, pero ya me había quedado seca de haber estado toda la tarde encerrada en mi cuarto. Ellie había llamado a la puerta varias veces preguntándome qué me pasaba. No quería hablar así que la pedí que por favor me dejara estar. Pero ella, siendo un ángel, me había subido una tarrina de helado de tarta de queso, sabiendo que era mi favorita. Me había calmado, así que dejé que se sentara a comer conmigo. Se notaba que quería preguntarme qué había pasado, pero sabía que yo no estaba por la labor de hablar, así que no hizo más preguntas. Simplemente se limitó a abrazarme y a acariciarme la cabeza una vez me había acabado la tarrina. Por supuesto había bloqueado a Harry, y había silenciado mi móvil para no recibir llamadas de nadie, quería estar sola. Me había quedado dormida después de un rato, y cuando me desperté Ellie me había dicho que Louis había llamado preguntando por mí. Le llamé y fue cuando me pidió que fuera a recogerle al bar en el que, CÓMO NO, estaba Harry también, y CÓMO NO, tenían que haberse conocido e interactuado. Estaba hasta las santas narices de todo.

Posé mi cabeza sobre el volante, accidentalmente dándole a la bocina y sobresaltándome a mí misma y a una señora que pasaba por ahí. Le pedí disculpas con la mirada mientras observaba cómo entraba al bar en el cual Louis llevaba ya un rato. ¿Cuánto se tarda en mear o cagar? ¿Se habría muerto? ¿Tendría que ir a tirarle una cuerda?

Miré mi reloj, eran las 21:00. Dentro de una hora iba a tener que estar corriendo como Adrenalina, y ya sé que os lo estaréis preguntando, ¿por qué accedí a llevarle? Pues porque era mi hermano, sentía que se lo debía por lo de mi madre, y porque pensé que iba a tener suficiente tiempo de margen para llevarle, aparcar el coche algo alejado de las carreras y volver a tiempo para vestirme y correr sin que se diera cuenta. Pero viendo que habían pasado 15 minutos desde que bajó al baño, si no le sacaba de ahí no llegaba a tiempo ni de coña.

Salí del coche con las llaves en la mano, cerrándolo y caminando hacia el bar de nuevo.

Yo necesitaba correr. Necesitaba experimentar la sensación que me proporcionaba. Necesitaba sentirlo lo suficiente como para olvidarme de Harry. De él y de todo.

Abrí la puerta del establecimiento y pude ver a mi hermano de espaldas a mí nada más entrar. Me acerqué a él.

— Louis qu- — No me dio tiempo a acabar de preguntarle qué hacía y porqué se había entretenido tanto porque vi el motivo con mis propios ojos. Bueno, más bien lo oí.

Dirigí mi mirada al fondo del bar. Donde anteriormente había un músico sentado sobre un taburete tocando la guitarra, ahora estaba Harry, sentado sobre el mismo taburete y con la misma guitarra sobre las piernas, tocando los acordes de una canción.

¿Qué cojones estaba haciendo?

Sabía que me había dicho que tocaba la guitarra, y también sabía que tenía buena voz porque le escuché aquel día de lluvia en su coche, pero nunca me habría imaginado encontrármelo haciendo ambas cosas a la vez, especialmente cuando fue él mismo quien dijo que cantar no era lo suyo.

Fuese cual fuese la razón, me dejó estática en el lugar, mirándole y dejándome casi sin respiración cuando reconocí la canción que estaba tocando. Noté como toda la piel se me erizó al escuchar su voz y la melodía que la acompañaba.

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now