CAPÍTULO 42 (Parte 2): "Claro como el Agua"

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CAPÍTULO 42 (Parte 2): "Claro como el Agua"

(Astrid)

La sonrisa que adornaba mi rostro tras el repentino beso que me había dado no se había borrado en el tiempo que tardamos en llegar a nuestro destino. Aparcó el coche y corrió hacia mi lado intentando alcanzar a abrirme la puerta, pero yo ya había salido y me reí por lo dulce que me resultaba su gesto.

— No te rías, esto es lo que se supone que hace un caballero ¿no? — se ríe conmigo a la vez que cierra el coche.

— Creo que te saltaste gran parte del cortejo hace mucho — dije guiñándole un ojo burlona a lo que respondió con una carcajada, negando con la cabeza.

Me agarró la mano mientras caminábamos hacia el establecimiento y me miró sonriente a lo cual no pude evitar morderme el labio en un intento de amenguar todos los sentimientos que desbordaban de mí en aquellos momentos.

A los segundos llegamos a la entrada del edificio para seguidamente entrar por la puerta hacia el vestíbulo, adentrándonos en él hasta que mis ojos se abrieron exageradamente ante la visión de un hermoso, elegante y lujoso restaurante.

Me perdí observando el distinguido lugar el tiempo suficiente como para no darme cuenta de que Harry ya había dado su nombre para la reserva y el refinado camarero nos estaba guiando a nuestra mesa. No fue hasta que nos sentamos y recibimos el menú que me di cuenta de una cosa.

— Muchas gracias — le dijo Harry al camarero quien se iba a atender otras mesas mientras esperaba a que nos decidiéramos sobre qué queríamos pedir.

Sostuve la carta entre mis manos observando preocupada a Harry mientras abría la suya y la leía. Mis nervios aumentaron al ver cómo se tensaba su mandíbula y miraba la carta con una expresión que solo yo sabría deducir en aquellos momentos, especialmente después de ver cómo estaba la situación en su casa.

¿Había sentido la necesidad de traerme a un sitio como éste porque era nuestra primera cita? ¿O por qué?

— Harry... — llamé su atención a lo cual posó su vista en mí expectante —. Este sitio es precioso... — sonrió satisfecho y le esbocé una sonrisa en busca de las palabras correctas, no queriendo hacerlo sentir mal —, pero por favor, déjame a mí — dije agarrando su mano que se encontraba sobre la mesa con la mía, esperando que me entendiera.

Frunció el ceño — ¿Qué? — apartó la mano ligeramente.

— No me supone ningún problema-

— No, Astrid. Quiero hacerlo yo, ya lo hablamos — se negó interrumpiéndome. Él insistió en querer invitarme cuando hablamos sobre la cita por primera vez, pero yo no tenía idea de que fuera a traerme a un sitio así.

— Al menos déjame pagar mi parte — le dije casi suplicando, no soportando la idea de que sintiera la necesidad de hacerlo por mí.

Fue a abrir la boca para contestar pero le interrumpió la aparición del camarero.

— ¿Saben ya que van a tomar?

Harry miró la carta pero me adelanté en responder.

— Todavía no, podría traernos dos vasos de agua ¿por favor? — dije queriendo ganar tiempo.

— Por supuesto — asintió —. Ahora mismo se los traigo.

Se fue dejándonos a Harry y a mí a solas de nuevo. Me le quedé mirando no sabiendo qué responder. Él tenía la vista puesta sobre la carta encima de la mesa mientras mordía el interior de su boca en señal de tensión.

Doble Identidad (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora