CAPÍTULO 10: La Skater

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CAPÍTULO 10

(Astrid)

Al día siguiente, mientras deambulaba por los pasillos esperando ver a Dylan, intenté pensar en otra cosa que no fuera la clase de estudio en casa del caradura.

Un día más de libertad.

Justo cuando llegué a mi taquilla, oí la voz de Dylan en la distancia.

- ¡Astrid! - Giré la cabeza en su dirección para encontrármelo con el parche en el ojo.

Corrió hacía mí y se paró justo delante mío para recuperar el aliento.

- ¿Hola? - dije extrañada.

- Hola - dijo al recobrar la compostura -. Perdóname por no haber venido contigo a clase. Mi madre ha insistido en que me iba a traer y recoger ella hoy por lo que ocurrió ayer.

- ¿Por qué se te metió smoothie en el ojo?

- Tendrá miedo de que me choque con una farola o algo al no medir bien distancias según ella, no sé. Ya sabes como es mi madre. Lo siento, la he dicho que no quería dejarte sola pero-

- No te preocupes, me viene bien andar sola de vez en cuando - le expliqué.

- Señor Wilson, a mi despacho - oímos que decía la directora por megafonía.

- A saber qué quiere esta mujer ahora - habló cansado -. Nos vemos luego ¿va?

- Vale. Suerte - le dije al momento de darse la vuelta e irse al despacho de la directora.

Yo me dirigí a mi clase de economía al terminar de coger mis correspondientes libros. Al llegar me senté en el pupitre al final de la clase y pegado a la ventana.

Me sorprendió ver a Harry entrar por la puerta 5 minutos antes de que empezara la clase. Se sentó en el pupitre a mi derecha y no pasaron ni diez segundos cuando dos chicas de la clase se acercaron a dónde estaba, una de ellas era amiga de Camila, la cual fue la única que habló.

- Hola Harry. - Ni se inmutó, solo levantó la vista ligeramente hacia ella -. Hemos oído que la directora te ha puesto en una tutoría con ella - dijo lo último más alto para asegurarse de que la oyera mientras me apuntaba con el dedo.

Rápidamente dirigí mi vista hacia otro lado, intentando ignorar sus palabras.

- ¿Qué rápido vuelan las noticias por aquí no? Y en realidad fui yo quien pidió la tutoría con ella.

- ¿Con la Rata? - preguntó ciertamente sorprendida.

- No, con ella - clarificó corrigiéndola en su forma de llamarme.

Le miré sorprendida, ¿acaso me estaba defendiendo?

Las dos chicas se miraron entre ellas, algo desconcertadas por sus palabras.

- ¿Y por qué ella? Yo soy muy buena tutora también - dijo intentando poner voz sensual -. Tengo mucha experiencia y sé justo lo que necesitas... - se apoyó sobre la mesa, dándole utilidad a la escotada camiseta que llevaba -..., saber.

- No gracias, creo que ella es la mejor en la materia, pero no te preocupes, el día que quiera volverme más tonto, te llamaré - dijo con una pequeña sonrisa vacilona.

Ella se incorporó atónita con su respuesta, pero enseguida se recompuso e hizo como si Harry no acabase de decir aquello.

- Yo no me refería a eso - dijo volviendo a la voz seductora.

- Sé a lo que te referías, y no hace falta que te tomes esa molestia, también le puedo pedir el favor a Astrid si eso.

Mis mejillas tomaron un rojo intenso al segundo de escuchar sus palabras. Agarré con fuerza el libro entre mis manos, controlándome para no lanzárselo a la cabeza a Harry.

Doble Identidad (H.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora