CAPÍTULO 33: La Mañana Siguiente

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CAPÍTULO 33

(Astrid)

Llevaba como 20 minutos tumbada en la cama y mirando al techo sin saber qué hacer o pensar exactamente. Me daba miedo moverme por si le despertaba. Aún no había planeado como iba a continuar mi vida después de lo que había pasado la noche anterior.

- ¿Qué has hecho Astrid? - me pregunté a mi misma.

Me giré y me puse de lado dándole la espalda. Estaba tan adorable dormido pero tan sexy a la vez que sentía como mi cabeza iba a explotar. Se me hacía difícil solo mirarlo sin que se me acelerara el pulso, y se me estaba haciendo difícil acostumbrarme a ello ya que hasta ahora, no le había visto de esa manera. Obviamente siempre me había parecido un chico atractivo, pero por su mierda de personalidad no le tragaba. Sin embargo, después de lo que me había dicho ayer sobre que sentía algo por mí, en mi mente sonó un click y me di cuenta de todas las veces que me había mostrado cómo era realmente, y no el imbécil que solía aparentar. ¿Cómo definiría lo que sentía por él? La verdad es que no lo sabía, solo sabía que sentía algo por él, y bastante fuerte.

La verdadera pregunta en aquellos momentos era... ¿Y ahora qué?

Había confesado que tenía sentimientos hacia mí, nos habíamos acostado y nos habíamos quedado dormidos no sé cómo. Era obvio que las cosas no iban a volver a ser lo mismo entre nosotros, ¿o sí? La verdad no tenía ni idea, era la primera vez en mi vida que me pasaba algo así y no sabía cómo lidiar con ello.

- Buenos días, preciosa.

Salté del susto y me caí de la cama envuelta en la sábana. Miré hacia arriba desde el suelo para ver a Harry mirándome entretenido.

Tragué saliva y sonreí nerviosa -. Buenas.

- ¿Qué tal has dormido? - me preguntó.

- Bien, bien, ¿tú?

- Genial, no había dormido tan bien desde hacía semanas. - Me miró, sonriendo apoyado sobre su codo en el borde de la cama.

Le sonreí de vuelta -. Me alegro. - Hubo un pequeño silencio en la habitación hasta que me percaté de que tenía la vista algo borrosa. Puta miopía - ¿Te importaría alcanzarme las gafas?

Las cogió de la mesilla de noche y me las dio. Me las coloqué antes de levantarme cubriéndome con las sabanas que habían caído conmigo. Cuando volví mi vista hacia él me di cuenta de que seguía desnudo.

Obviamente Astrid, has arrastrado las sábanas de la cama contigo.

Comencé a mirar hacia otros lados con las mejillas sonrojadas.

- ¿Ocurre algo? - dijo entretenido.

- ¿Qué? Em no. Solo.... ¿te importaría taparte un poco? - le pedí con las mejillas ardiendo y cubriéndome la cara para que no se me viera.

Soltó una carcajada - ¿En serio? ¿Te da vergüenza verme? Si ayer la tuviste metida.

Abrí los ojos como platos al instante de escuchar eso mientras él seguía riéndose divertido. Cogí el cojín más próximo a mí y se lo lancé a la cara -. Eres un idiota - dije a la vez que me reía con él aún sin dejar de parecer un tomate.

- Es verdad. - Se rió -. Pero si tanto te molesta me tapo - dijo a la vez que alcanzaba sus calzoncillos y se los colocaba.

- Gracias, y no es que me moleste, es solo que...

No pude acabar la frase ya que se había incorporado y agarrado mi mentón para robarme un beso. Me sorprendió pero cerré los ojos al tacto. Al separarnos le vi observándome con una mirada tan cálida que sentí como se me encogía el corazón.

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now