CAPÍTULO 40: Rendición

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NOTA AL FINAL DEL CAP (para aquellos a quien les interese esta historia)

CAPÍTULO 40

(Harry)

Le di una última calada al cigarro antes de tirarlo al suelo y pisarlo. Recoloqué el beanie que llevaba puesto antes de hundir las manos en los bolsillos de mi sudadera. Eché la cabeza hacia atrás cerrando los ojos, y aspiré el olor a lluvia grabado en el asfalto después de la tormenta que había habido aquella mañana.

— Por cierto, ¿qué tal fue el examen de Literatura? — preguntó Liam sacándome de trance a la vez que se apoyaba a mi lado contra la valla de madera.

— Eso, ¿qué tal te ha ido? — habló Zayn quien estaba situado al lado de Niall con un cigarro entre los labios. El rubio alzó la mirada de su móvil interesado en saber la respuesta a aquella pregunta.

— No voy a decir nada, no lo quiero gafar — respondí neutral.

— Oh, venga, ¿de verdad crees en esas tonterías? ¿No confías en las dotes de Astrid a la hora de enseñarte? Aunque fuera poco tiempo — comentó Zayn.

Le miré y enarqué una ceja en su dirección — Por si acaso.

Dirigí mi vista al suelo pensando en la chica que inconscientemente se había colado en mi mente tras oír la pregunta.

— ¿Sabes algo de ella? — volvió a romper el silencio Liam leyendo mis pensamientos.

Levanté la cabeza y le miré antes de repasar una mirada por los otros dos chicos, quienes también tenían sus ojos puestos en mí.

Suspiré antes de girar de nuevo la cabeza y divagar la mirada —. No — dije simplemente —. No he querido molestarla más llamándola. No tiene pinta de que quiera hablar conmigo.

— Dylan dijo que iba a faltar a clase y estar incomunicada durante un par de días, a lo mejor es por eso — manifestó Zayn.

Esa era la pequeña esperanza a la cual me estaba aferrando, ya que desde que fui a su casa y me enteré de que no se encontraba allí, mi mente asumió de todo —. De todas formas, prefiero hablar con ella en persona.

Todos asintieron ligeramente dando a entender que lo comprendían antes de volver a sumirnos en un completo silencio.

Había muy poca gente fuera. Solo quedábamos los pobres desafortunados que aún teníamos séptima hora. Cualquier otro viernes seguramente me habría marchado y saltado la última clase. Sin embargo, había decidido tomarme las cosas en serio, por mí, y porque se lo debía a Astrid después de todo lo que se esforzó conmigo. Tenía que demostrar que no había perdido el tiempo.

Con mis manos todavía guardadas en los bolsillos de la sudadera, me atreví a mirar al frente, hacia el banco situado a unos 10 metros de mí, donde se encontraban charlando Dylan y Megan. El chico de ojos azules no tardó en cruzar su mirada con la mía, fijándola ahí, lo cual hizo que Megan también lo hiciera en el momento que se percató de ello.

Había estado evitándolos después de lo que pasó en el pasillo hacía dos días. Me disculpé con Dylan por haber perdido el temperamento y haberle empujado contra las taquillas, pero me avergonzaba aún más de cómo me había derrumbado delante suya. Especialmente porque aún después de cómo le había tratado, él se comportó como un ser humano decente y comprensivo, no echándome en cara lo gilipollas que había sido con él hasta el momento. Lo cual me hacía sentirme como una verdadera mierda de persona.

Por la forma en la que me miraba el chico, sabía que por su parte no había rencor alguno. Tuve que apartar la vista para no sentirme peor de lo que ya lo hacía.

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now