CAPÍTULO 17: Louis Tomlinson

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CAPÍTULO 17

(Astrid)

Me le quedé mirando hasta que consideré que estaba lo suficientemente lejos. Luego me di la vuelta y me acaricié la mejilla que acababa de besar. Este chico era todo lo inesperado. Creía que era un caradura y un borde..., pero tenía un lado bueno. Me había pedido perdón aún cuando era obvio que desafiaba su orgullo.

Caminé hasta la parada de autobús y esperé a que llegase.

— ¡Hey!

Alcé la cabeza confirmando que iba dedicado a mí al ver a Megan dirigiéndose hacia mí. Llevaba una sudadera morada y unos pantalones vaqueros cortos con unos leggings negros debajo. Unos auriculares rojos rodeaban su cuello y un gorro del mismo color que los leggings estaba puesto sobre su cabeza.

— Me siento a descansar un rato. Astrid ¿verdad? — Asentí después de que tomara asiento a mi lado — ¿Qué haces aquí?

Enarqué una ceja — ¿Cuántas cosas más se pueden hacer en una parada de autobús?

Soltó una carcajada ante mi comentario —. Me refiero a esta zona de Beaconsfield. — Sujetó la skateboard que tenía bajo los pies en las manos —. Ahhh — dijo mostrando que acababa de darse cuenta de algo —, tú has estado en la biblioteca ¿no?

— ¿Tan obvio era? — dije sonriendo con los ojos algo entrecerrados debido al sol que comenzaba a meterse en mis ojos.

— Se te llama Rata de biblioteca, por algo será. — Agaché la cabeza y mi expresión se volvió seria, algo de lo que se percató —. Ey ey ey, ha sido un comentario desafortunado perdona, que yo no lo decía con es intención. No voy a llamarte así porque el resto lo haga. Además me parecen repulsivas.

— De ahí el nombre.

- Me refería a las personas que te pusieron el mote. Y en realidad, viene del término rata de biblioteca. Y que yo sepa, no es malo. Al contrario, muestra que eres una persona inteligente y creativa.

— Creo que sería más "Imaginativa". Creatividad se aplica más a lo práctico aunque en sí derive de la imaginación.

Me miró con una ceja enarcada y yo solo sonreí pidiendo perdón con la mirada, a lo que ella respondió con una sonrisa mientras negaba con la cabeza ligeramente — ¿Ves? A eso me refiero.

— Aún así. La gente no suele acercarse, como si fuera una.

— Pero porque la gente se deja influenciar por los rumores que suelta Camila. Además fue hace mucho — habló refiriéndose al hecho de que Camila comenzó a difundir rumores sobre mí desde que estábamos en primaria. Podría ser la cosa más tonta del mundo, pero así era —. Ahora la culpa es tuya, te has encerrado y te has dejado afectar por sus palabras.

También es cierto que gracias a sus palabras nació mi otra identidad. Me subestiman lo suficiente como para impulsarme a ser todo lo que no esperan de mi. A arriesgarme y correr al límite. Nunca llegaran a imaginar que soy una persona completamente distinta cuando me subo sobre una moto.

— ¿Podríamos cambiar de tema? Es que..., no es algo de lo que me guste hablar.

— Sí. Perdón. No era mi intención.

— ¿Qué tal van las clases con Dylan?

— ¡Dylan! Al fin — dijo aliviada —. No tienes ni idea de lo incómodo que fue para mí la tutoría del otro día. No me acordaba de su nombre. Temía que en algún momento tuviese que nombrarlo y se diese cuenta de ello. Por favor no se lo digas — me pidió en tono de súplica.

— No te preocupes, no le diré nada. — la tranquilicé a la vez que me reía de la situación. 

— Gracias. Y en cuanto a las tutorías va bien la cosa. Me lo explica con palabras simples y entendibles, no como la profesora que se pone a divagar de una manera...

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now