CAPÍTULO 15: Un Mal De Ojo

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CAPÍTULO 15

(Astrid)

Andaba por la calle en dirección a casa. Era tarde y el cielo había oscurecido completamente. Mi camino solo estaba iluminado por farolas poco luminosas. Andaba con las manos en los bolsillos de mi chaqueta, el frió entrando por debajo de la misma.

Giré la cabeza hacia mi izquierda al oír pasos y risas con toque malicioso. Vi a los tres chicos que había estado viendo los últimos días al otro lado de la carretera. Aproveché y giré a mi derecha cuando tuve la oportunidad y aceleré mis pasos. Volteé la cabeza para ver si seguían ahí y así era. Habían comenzado a seguirme. Empecé a correr ligeramente escuchando como sus pasos resonaban contra el suelo a la misma velocidad que los míos. Corrí aún más rápido, pero ellos también. Vi mi casa a lo lejos y me di a mi misma un último empujón para llegar antes de que me pillaran. Cuando estaba a unos 30 metros de mis casa de repente, dejé de avanzar. Corría y corría pero nunca llegaba a estar más cerca, sin embargo mis perseguidores sí. Comencé a llorar de la frustración hasta que noté cómo me tocaban el hombro al llegar a mí.

Me incorporé de un salto de la cama y asimilé la visión que tenía ante mis ojos.

- Astrid, ¿estás bien? - me preguntó Ellie con expresión preocupada.

Miré a mi alrededor, estaba en mi cuarto, todavía en la cama. Todo había sido un sueño -. Sí, sí, estoy bien. Solo ha sido una pesadilla.

- Vale - dijo ya tranquila -. Son casi las siete y cuarto así que si quieres ve vistiéndote. El desayuno estará listo para cuando bajes.

- De acuerdo - contesté cogiendo mis gafas de la mesilla para seguidamente ponérmelas.

Me levanté y me comencé a vestir con unos leggings negros y una sudadera gris con bolsillo delantero ya que los viernes teníamos educación física. Me calcé con unas playeras blancas y, tras hacerme dos coletas que coloqué sobre cada uno de mis hombros, me puse un beanie de un gris más clarito que la sudadera.

Bajé al piso de abajo al terminar de prepararme y entré en la cocina.

- ¿Cómo te encuentras hoy? - dijo Ellie recibiéndome con una sonrisa.

- Mejor gracias.

Esta pregunta se debía al hecho de que el día anterior falté a clase con la escusa de que me encontraba mal. En verdad seguía afectada por lo de aquellos chicos que no paraban de atormentarme la mente con miedo y paranoia, aunque creo que esta última se podría descartar ya que no podría ser coincidencia el que les hubiese visto más de una vez. Además no tenía ganas de nada, me había dado un bajón enorme y solo quería dormir. Aunque eso lo quiero hacer siempre. Excepto cuando tengo pesadillas como las de hoy.

- Astrid - dijo mi madre captando mi atención al momento en el que entró en la cocina -. Recibí un mensaje de la jefa de estudios ayer diciendo que habías faltado. Les contesté diciendo que eso era imposible ya que no estabas en casa - me informó tomando un sorbo del café que se acababa de preparar.

La que no estuvo en casa en todo el día era ella, no yo. Así, obviamente no sabría que no me encontraba con las fuerzas suficientes como para ir a clase. Estuve a punto de contestarle con estas mismas palabras, pero me calmé.

- En realidad sí que falte. No me sentía muy bien - la expliqué mordiendo una tostada.

- Pues me lo podrías haber dicho antes de que mandara el mensaje, ahora se pensarán que soy una irresponsable que no sabe dónde está su hija.

- No lo sabías - murmullé.

- ¿Perdona? - preguntó al no haberme escuchado bien.

- Que no preguntaste - contesté actuando con normalidad.

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now