CAPÍTULO 26: Un Cambio de Actitud

438 47 15
                                    


CAPÍTULO 26

(Harry)

No había vuelto a cruzarme con Astrid desde esa mañana así que no tuve oportunidad para disculparme con ella. Por eso decidí ir a su casa después de comer. No me apetecía pasarme el día entero con las dudas y el arrepentimiento en la cabeza. Pero más por las dudas. Lo reconozco, quería disculparme con ella, pero sobre todo quería saber por qué estaba Dylan en su casa y en calzoncillos cuando ella ni siquiera se encontraba allí.

Había aparcado la moto justo en frente y había caminado hasta posicionarme delante de la puerta. Tardé lo mío en llamar al timbre. Debatiendo entre suspiros lo que iría a decirle. Hasta que finalmente llamé.

Oí unos pasos aproximarse a la puerta, y un rostro conocido la abrió.

- ¿Otra vez aquí? - me preguntó Dylan.

- Te iba a hacer la misma pregunta - Me miró confuso y estuvo a punto de responder pero le interrumpí - ¿Está Astrid?

- Emm no. Supongo que estará en casa - me contestó extrañado con mi pregunta.

- Ya, por eso he venido - dije haciéndolo sonar obvio -. Y otra cosa, lo que sea que tengáis tú y Astrid es raro. Entiendo que seáis muy muy amigos, y no sé hasta qué punto lo sois, pero esto de estar en su casa cuando ella ni siquiera se encuentra aquí, no es normal. Y menos si te paseas en calzoncillos.

Me miró como si me acabara de montar la película del siglo -. Creo que te estás confundiendo. Astrid no vive aquí. Esta es mi casa.

No sabía cómo describir lo que transcurrió en mi cabeza al escuchar aquello.

- ¿Qué? - dije confuso.

- No sé quién te ha dicho que vive aquí, pero no es así. Te habrán dado la dirección mal.

- No. Fue Astrid la que me hizo dejarla aquí el miércoles cuando la traje de vuelta de mi casa. Me acuerdo perfectamente.

- Pues que yo sepa no se quedó a dormir ni nada — dijo pensativo —. Lleva desde el Lunes pasado sin pasarse por aquí - me explicó.

No entendía nada de lo que estaba pasando ¿Por qué me habría dado Astrid una dirección diferente?

- ¿Me podrías dar su dirección? - le pedí después de un rato de asimilación.

- Claro. - Le tendí mi móvil para que me lo apuntara ahí - Y una cosa, no te voy a preguntar por qué viniste aquí ayer buscando a Astrid ni por qué has vuelto hoy, pero te marchaste a zancadas por una razón, y no soy tan tonto como parezco.

- No estoy celoso si es eso lo que estabas pensando - le dije, aunque sentía que no se lo estaba diciendo tanto a él sino a mí mismo.

- El hecho de que creas que era eso lo que estaba suponiendo es porque te has sentido aludido - dijo a la vez que me devolvía el móvil -, pero si eso es lo que quieres pensar, adelante. No soy quién para decir lo contrario. Lo que sí te voy a decir es que entre Astrid y yo no hay nada, es mi mejor amiga y no la puedo considerar nada más.

Por alguna extraña razón sus palabras al principio me sentaron pesadas, pero poco a poco sentí como ese peso desaparecía y me relajaba. Sobre todo con lo último que había dicho.

- Gracias - dije, queriendo que lo considerase como un agradecimiento por la dirección que me acababa de dar, aunque en verdad fuese por todo lo que había dicho.

- De nada - dijo justo antes de que me diese media vuelta para marcharme de allí - Ah y Harry - me llamó, causando que frenara y volteara para verle -. Suerte con las tutorías.

Doble Identidad (H.S)Where stories live. Discover now