IV. Despertar del hermoso sueño.

97 22 13
                                    

Se podría decir que la sorpresa del nuevo look de Nam Joon había dejado boquiabierto a Ji Min, ya que nunca pensó que él haría tal cosa, pero parecía emocionado, así que, al menos por el momento, no dijo nada; se adentraron a la casa, pero el omega no dejaba de mirarlo, era como si estuviese volviéndose loco de amor por Seok Jin otra vez.

- ¿por qué rosado? –preguntó Ji Min.-

- ¿por qué no? –respondió Nam Joon.- ¿qué? ¿no te gusta?

- Sí... te queda muy bien.

La verdad era que Ji Min le había tomado cierto disgusto al color rosa, debido a que siempre que veía algo de ese color pensaba en el chico que por años estuvo haciendo sufrir a su amado Nam Joon, podría decirse que odiaba el rosa, pero sabía cuándo decir una mentira piadosa. Desvió su camino hacia la cocina y dejó una bolsa pequeña sobre la isla que allí estaba, buscando con la mirada a la bola de pelos que siempre corría por la casa y dejaba el suelo lleno de suciedad que Ji Min solía limpiar sin protesta alguna.

- Bonnie. –llamó al pequeño conejo.- Nam ¿dónde está Bonnie? Le traje zanahorias y apio.

Al oír aquella pregunta, Nam Joon desvió un poco su mirada, como si también lo estuviese buscando.

- Él... no lo sé, debe estar por ahí. –se sentó sobre el sillón.- déjalo, ya vendrá.

- Pero están frescas, como le gustan.

Finalmente tomó las zanahorias y el apio, haciendo un leve puchero, se acercó a la nevera y la abrió con intención de guardar la comida del pequeño animal, pero se llevó una sorpresa más al ver un pastel de fresas al cual le faltaba un trozo, grande, junto a una merengada rosada y una bolsa de fresas más abajo, una fruta que no había visto en esa casa desde el día en que comenzaron a salir, una a la que le había tomado el mismo odio que al color rosado, solo por recordarle a aquella persona. Suspiró y cerró sus ojos por un momento, para después dejar lo que tenía en las manos y cerrar la puerta de la nevera, para así volver junto a Nam Joon.

- Volviste a comer fresas. –dijo Ji Min.-

- Ah. Sí. –contestó Nam Joon.-

Tenía una pierna sobre la otra, mientras su mirada se mantenía fija en su celular, de vez en cuando sonreía, parecía haberse olvidado por completo de que Ji Min estaba a su lado. Cansado de aquella situación, Ji Min colocó una mano sobre el celular de Nam Joon y se lo quitó lentamente, para hacerlo a un lado; confundido por aquella acción, el mayor alzó su mirada hacia Ji Min, encontrándose con una pequeña sonrisa, mientras éste se subía sobre su regazo, abrazándolo por el cuello.

- Si no me prestas atención, entonces yo buscaré que lo hagas. –dijo Ji Min, inclinándose para besarlo.-

Antes de que sus labios se juntaran, Nam Joon tomó por las caderas al omega e hizo que se separara un poco de él, negando con su cabeza, lo cual dejó aún más confundido a Ji Min.

- ¿qué pasa, Namjoon?

- Ahora no, Jimin, estoy muy cansado. –dijo el mayor.-

- ¿cansado de qué? ¿de estar todo el día pegado al celular? Estoy aquí, mírame. –se quejó Ji Min.-

- ¿qué? ¿ya vas a empezar a reclamarme estupideces? –Nam Joon frunció el ceño.-

- Estás todo el día pegado al celular y no me prestas atención, además estás actuando muy extraño. –Ji Min se puso de pie.- ¿has vuelto a hablar con Seokjin?

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now