XXXVIII. Un distraído y torpe omega.

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El tiempo se fue volando, fueron algunos meses en los que Tae Hyung tuvo que estar en rehabilitación; durante aquellos días Ji Min y Yoon Gi cuidaban de él y visitaban a Ho Seok hasta que el primero estuvo listo para ser dado de alta, el omega estaba emocionado, incluso su cuerpo había sanado por completo, aunque las noches que tuvo que ir a casa y dormir solo sin que Yoon Gi pudiese ayudarlo fueron las más horribles para él, las pesadillas no le dejaban en paz y le impedían que durmiera bien, sin embargo, a pesar de todo eso estaba alegre de que ya llevarían a casa a Tae Hyung.

- Iré a preparar el auto. –dijo Ji Min.-

- Sí, yo lo ayudaré a salir. –dijo Yoon Gi.-

Con entusiasmo, el menor salió delante de los otros dos, adelantándose para ir al vehículo; Yoon Gi se encargó de acomodar las pocas pertenencias de Tae Hyung en una bolsa y tomarlo del guante para ayudarlo a levantarse y caminar.

- Hacesh que me shienta viejo. –dijo Tae Hyung.-

El paso del alfa era lento, Yoon Gi debía seguirlo así, no podía apurarlo, ya que aún no se había recuperado completamente. Ji Min abrió la puerta trasera del auto y despejó el asiento de algunas cosas que estaban allí, mientras Zeus esperaba en el asiento delantero, al ver a Ji Min comenzó a agitar su cola, queriendo saltar hacia él, por lo que éste se echó a reír y lo cargó en sus brazos, esperando a los otros dos con la puerta abierta.

En lo que Yoon Gi y Tae Hyung caminaban hacia la salida muchas miradas se posaban sobre ellos.

- Musha gente nosh observa. –dijo Tae Hyung.-

Observó con discreción a las personas que los rodeaban.

- Están viendo lo hermoso que eres. –respondió Yoon Gi.-

Cuando por fin salieron Ji Min se hizo a un lado para poder darle paso a Tae Hyung.

- Graciash. –dijo el alfa.-

Con cuidado y siendo ayudado por Yoon Gi, éste tomó asiento en la parte trasera y Zeus al olfatearlo se fue sobre él para llenarlo de los húmedos besos que daban los cachorros.

- Zheush bashta. –se quejó Tae Hyung entre risas.-

Soltando una carcajada Ji Min volvió a cargar al perrito, alejándolo de Tae Hyung.

- Por fin vamos a casa. –dijo Ji Min.-

- Al fin. –dijo Tae Hyung.-

Se acomodó bien en el asiento y vio cómo Yoon Gi subía al lado del conductor, cerrando la puerta, mientras que Ji Min cerraba la que había abierto e iba al lado del rubio, cargando al cachorro.

- Arranca, ya no quiero eshtar aquí. –dijo Tae Hyung.-

Había una sonrisa en el rostro de Tae Hyung que hizo que Yoon Gi también sonriera y asintiera, encendiendo el auto para ponerse en marcha; el pequeño Zeus descansaba sobre el regazo de Ji Min mientras era arrullado por el rumor del auto en movimiento, yendo en dirección a la casa oculta en aquel bosque. A Ji Min le había llamado la atención y le parecía extraño que desde que pudo hablar Tae Hyung no hubiese preguntado por Jung Kook, pensó que tal vez él lo sabía o lo imaginaba.

- Prepararé algo delicioso para ustedes. –dijo Ji Min.-

- ¿de verdad? No puedo esperar. –dijo Yoon Gi, observando el camino.-

- ¿cuándo cambió todo? –preguntó Tae Hyung, observando el paisaje.-

- No lo sé. –respondió Ji Min.-

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now