XLVIII. Cañada de lobos.

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Encerrado en su habitación, Yoon Gi doblaba la ropa que llevaría al campamento y la guardaba en su maleta, junto a las demás cosas que necesitaría en aquel lugar.

- Ya quiero ver a Hwasa... tal vez ahora no te pongas como nena. –decía su alfa.-

- Cállate. –replicó Yoon Gi.-

- Tal vez ella no nos deje a medias.

- Tú...

Sus pensamientos y movimientos se detuvieron al oír que alguien tocó la puerta, cerró sus ojos y aspiró el aroma que provenía de la entrada, pudo reconocerlo en un instante, incomparablemente dulce, lo dejó salir con un suspiro y esbozó una inconsciente sonrisa leve, pero fue desvanecida por un fuerte dolor en su cabeza.

- Nada de eso. –advirtió su alfa.-

- Calla.

Ignorando el dolor de su cabeza se dio vuelta y fue hasta la puerta, la cual abrió cambiando su expresión a una de seria frialdad.

- ¿sí? –dijo Yoon Gi.-

Al verlo a los ojos y notar lo molesto que estaba, la inseguridad de Ji Min se incrementó, haciéndolo dudar otra vez.

- Yo... quisiera hablar un momento contigo... -dijo Ji Min.-

- No. –replicó el alfa de Yoon Gi.-

El pecho de Yoon Gi comenzó a doler, por lo que se contrajo levemente, sin dejar que el gesto de su rostro cambiara.

- ¿puede esperar? –preguntó Yoon Gi.-

- Es que... quisiera explicarte... -Ji Min suspiró.-

Desviando levemente su mirada, Ji Min rascó un poco su nuca, algo avergonzado.

- Primero necesito saber si ya te sientes mejor... -dijo el menor.-

- Qué poca vergüenza. –replicó el alfa, acompañado de una fuerte risa sarcástica que resonó en la cabeza de Yoon Gi.-

- Lo estoy, estoy bien, gracias. –respondió Yoon Gi.-

- Por su culpa estás de esta manera. –dijo el alfa.-

Frunciendo levemente el ceño, Yoon Gi apretó un poco su mandíbula y giró su cabeza, volteando a ver a otro lado, Ji Min lo observó con atención, volviendo su mirada a él.

- Veo que estás enojado... -susurró Ji Min.-

Por los nervios comenzó a jugar con sus dedos, la inseguridad crecía cada segundo.

- Yo en realidad no quise ignorarte... Hoseok dijo que tenía que tratarte mal para que tú pudieras estar bien. –dijo Ji Min.-

- ¿qué?

- ¿qué? –dijo Yoon Gi.-

Repentinamente aquel dolor que oprimía el pecho de Yoon Gi desapareció, volvió su mirada a Ji Min para observarlo de manera más detallada y con extrañez en su rostro, sin poder entender a lo que se refería.

- ¿estar bien con qué? –preguntó Yoon Gi.-

- No, no, no, solo nos confunde, aléjate de él. –nuevamente el dolor comenzó.-

Mordiendo ligeramente su labio, Ji Min agachó su cabeza, la mirada fría de Yoon Gi le hacía sentir una punzada en su pecho y un nudo en su garganta.

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now