LXIV. La verdad siempre sale a la luz.

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Golpes fuertes en la puerta de la habitación hicieron que Hwall saliera rápidamente de la cama y de inmediato fuera a abrir, pero no tuvo tiempo de generar alguna pregunta cuando Yoon Gi lo tomó del brazo y lo llevó a rastras a la parte de afuera de la cabaña.

- ¿qué haces? –dijo Hwall.-

- Escúchame, no me trago el cuento del hermano que busca al otro para ser lo que eran antes, así que dime ahora qué es lo que pasa. –dijo Yoon Gi.-

- Oh, vamos, Yoongi. –replicó Hwall.- ¿por qué no le creerías a tu hermano menor? Digo... es lo mínimo que puedes hacer ¿no crees?

Mirándolo fijamente al detenerse, Yoon Gi lo soltó e hizo sus manos un puño.

- ¿por qué viniste? –cuestionó Yoon Gi.-

La insistencia del rubio hizo que Hwall soltara un suspiro y desviara su mirada. En el baño Ji Min cerró los ojos y dejó que el agua corriera por su cuerpo desnudo, la temperatura del agua le relajaba, lavaba su piel con delicadeza, tratando de tener su mente en blanco. Al salir envolvió su desnudez en una toalla para secarse, pero se llevó una sorpresa al no encontrar a Yoon Gi, por lo que se colocó algo de ropa para cómoda para dormir y aun sin haberse peinado salió en busca del mayor.

- ¿Yoongi? –lo llamó desde el pasillo.-

Escuchó una voz desde afuera, así que decidió seguirla, al salir de la cabaña los miró y ellos parecieron ignorar su presencia, caminó hacia ellos con sigilo, la curiosidad lo mataba, quería saber de qué hablaban, quería conocer las razones de que no volvieran a verse en años, así que se ocultó para poder escuchar lo que decían.

- Está bien, te lo diré. –dijo Hwall.- la policía encontró los cuerpos.

Desde su escondite, Ji Min los miró con sorpresa e intriga por aquella confesión. Lleno de frustración, Yoon Gi bajó el rostro y soltó un fuerte gruñido.

- Solo tenías que hacer una cosa ¡solo una cosa! –exclamó Yoon Gi.-

Estaba estresado, así que alzó su tono de voz sin importarle quién pudiese escucharlos.

- Yo... lo sé, pero...

- Nada de peros. –interrumpió el mayor.- ¡solo tenías que cuidar aquel terreno!

- ¡me quieres culpar de todo! ¡pero para empezar yo no fui quien lo hizo! –replicó Hwall.-

Desvió nuevamente su mirada hacia Yoon Gi, mostrándole la rabia que sentía con sus expresiones.

- ¡eres un mal agradecido! –gritó Yoon Gi.-

- ¡yo no te pedí que mataras a mis padres! –gritó Hwall.-

Al escuchar aquello Ji Min quedó boquiabierto, impactado, cubrió su boca abierta con las manos, intentando no hacer algún ruido, sin poder creer lo que estaba escuchando.

- Maldito bastardo. –dijo Yoon Gi.- ¡de no haber sido por mí estarías muerto!

- ¡¿qué tiene de malo la muerte comparada con la vida que me diste?! –replicó Hwall.- ¡preferiría estar muerto que haber pasado por todo esto, Yoongi!

Sus ojos se llenaron de lágrimas al gritar y su postura se volvió baja debido a la frustración y la rabia que sentía.

- Me dejaste solo... solo tenía diez años... -dijo Hwall.- ¡me abandonaste con los cuerpos de mamá y papá mientras que tú jugabas al médico al otro lado del país!

Víctima del destinoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt