LVIII. Recado.

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Los sonidos de la noche se mezclaban con el de la música a lo lejos de la cabaña, Ji Min, sentado en el sillón se pegó al cuerpo de Yoon Gi y movió lentamente sus labios sobre los del mismo, manteniendo el beso dulce y tierno, disfrutando de la calidez que le generaba en el pecho; al sentir la falta de aire, Yoon Gi fue el primero en separarse tan solo un par de centímetros.

- Jimin... me gustas mucho. –susurró Yoon Gi.-

Con su mano en el cuello de Ji Min brindó de caricias suaves aquella zona y bajó un poco su mano hasta haberla metido por la parte trasera del cuello de la camisa, el cuerpo de Ji Min se estremeció debido a aquellas caricias suaves y la forma en que Yoon Gi le hablaba, volvió a cerrar sus ojos y suspiró.

- También me gustas... tanto. –respondió Ji Min.-

Manteniendo sus ojos cerrados, Ji Min abrazó a Yoon Gi, acurrucándose en su pecho.

- Nunca dejes de conquistarme. –susurró Ji Min.-

- Jamás lo haré.

Yoon Gi sonrió por la cercanía del menor y lo rodeó con sus brazos, acariciando su espalda y dando algunos dulces besitos sobre la cabeza castaña de Ji Min.

- Tú nunca me dejes... ¿sí? –susurró Yoon Gi.-

- Nunca te dejaré. –respondió Ji Min.-

Esbozando una sonrisa, Ji Min comenzó a ronronear por las caricias de Yoon Gi, sin darse cuenta de que en su cabeza habían aparecido un par de blancas orejas de gato y una cola esponjosa y peluda que se movía de un lado a otro lentamente.

- Vaya... -murmuró Yoon Gi.-

Sonriente, acarició un poco las orejitas de Ji Min.

- Mm. Eso me gusta. –murmuró Ji Min, ronroneando.-

Comenzó a frotarse en el pecho de Yoon Gi cual gatito mimado, disfrutando de sus caricias.

- Recuerdo cuando volví a mi forma humana después de pasar meses como un gato. –confesó Ji Min.- mis uñas estaban muy largas, mi cabello también, mis colmillos no se ocultaban, incluso mis ojos se habían quedado como los de un gato, no podía ocultar mis orejas y mi cola... también le tenía miedo al agua.

Al recordar aquellos días, Ji Min soltó una leve risilla, acurrucado en el pecho del alfa.

- Pasé un tiempo sin bañarme. –confesó.-

- Eww... -replicó Yoon Gi, en tono de broma y soltado una leve risa.- apuesto a que te veías adorable aun estando mugroso.

Abriendo sus ojos para ver a Yoon Gi, el menor se echó a reír por su comentario.

- Eso no lo sé. –respondió Ji Min.-

Sonrió evocando los recuerdos de su padre, su madrasta y sus hermanos menores que siempre intentaban jugar con él, aunque a veces no fuesen nada delicados, entonces comenzó a contarle a Yoon Gi el día en que su padre intentó darle un baño y cómo resultó eso, de lo mal y lo culpable que se sentía.

- Supongo que era de esperarse, tu padre ya sabía a lo que se enfrentaba, así que no te culpes por completo a ti ¿sí? –Yoon Gi sonrió, dejando un besito en la punta de la nariz ajena.-

Repentinamente el rubio volteó hacia la puerta, lo que llamó la atención de Ji Min, volteando también a la misma dirección.

- No te muevas. –dijo Yoon Gi.-

Dejó de abrazar a Ji Min y se puso de pie, acercándose a la puerta con cautela, mientras Ji Min lo veía desde el sillón.

- ¿hay alguien ahí? –dijo Yoon Gi en tono serio.-

Víctima del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora