XXXIV. Lienzos negros.

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Feliz de recibirlos en casa, el pequeño Zeus ladró moviendo su colita de un lado a otro, Ji Min se inclinó para cargarlo y besó su cabeza delicadamente, recibiendo unas lamidas de parte del cachorro.

- Eres un pequeño bebé. –Ji Min sonrió.-

Al igual que él, Yoon Gi esbozó una pequeña sonrisa y acarició a su pequeño en los brazos del omega.

- Es mi bebé. –dijo el rubio.-

Asintiendo, Ji Min dejó al cachorro en el suelo y se adentraron a la casa, después se dirigió al sillón y allí se tiró, intentando descansar.

- Estoy agotado. –suspiró Ji Min.-

- Lo mismo digo.

Dejó las bolsas en la sala y fue a la cocina para alimentar a Zeus, mientras que Ji Min cerraba sus ojos y se relajaba en el mueble, su cuerpo se sentía pesado.

- ¿quieres agua? –preguntó Yoon Gi desde la cocina.-

- No.

Los ojos de Ji Min se sentían tan pesados como su cuerpo, poco a poco el sueño le fue ganando la batalla y se quedó dormido en el sillón. Yoon Gi cargaba a Zeus, acunado en sus brazos como un bebé mientras le daba su biberón hasta que éste se acabó, entonces lo dejó seguir jugando, para así volver con Ji Min, encontrándolo acurrucado en el sofá, durmiendo tranquilamente.

- Oh...

Esbozando una ligera sonrisa tomó las bolsas con todo lo necesario para que Ji Min pintara y fue a llevarlas a su habitación; cuando volvió a la sala con las manos vacías tocó la frente del menor, metiendo la mano bajo sus cabellos para checar su temperatura.

- Todo bien. –dijo.-

Mantuvo su sonrisa y se sentó al lado del omega, intentando hacer que igualmente a él le llegara aquella pesadez y poder quedarse dormido, pero de repente la expresión de tranquilidad en el rostro de Ji Min cambió, su semblante reflejaba miedo y tristeza, su sueño se había vuelto oscuro, comenzó a moverse, sus movimientos bruscos hicieron que Yoon Gi abriera sus ojos y volteara a verlo, tomó las pequeñas manos de Ji Min y las movió un poco, intentando despertarlo.

- No... -susurraba Ji Min.-

Su respiración se volvía jadeante y su corazón se aceleraba por la agitación.

- No... mi bebé. –volvió a murmurar.-

Justo antes de soltar un grito pudo despertar de su pesadilla, se sobresaltó por el miedo y la sorpresa de hallarse fuera de aquel sueño, miró a Yoon Gi y con su corazón acelerado se fue sobre él para abrazarlo con toda la fuerza que le permitía su cuerpo.

- Tranquilo. –susurró Yoon Gi.-

Mantuvo el abrazo mientras su mano se paseaba por la espalda de Ji Min, llenándola de caricias en un intento de hacerlo recuperar la calma; el omega ocultó su rostro en el cuello del adverso y allí se sumió en un sollozo mudo.

- No me dejes solo. –pidió Ji Min.-

- No lo haré.

Entendía que Ji Min necesitaba mucho cariño en aquellos momentos, así que solo hizo más fuerte el abrazo, pegándolo más a su cuerpo.

- Ella murió... ¿verdad? –susurró Ji Min, entre sollozos.- no hay ninguna posibilidad de que esté viva ¿verdad?

Aunque sabía que eran preguntas tontas, él mismo la había matado y se había asegurado de que su corazón no volviera a latir ni sus ojos volvieran a ver la luz del sol, pero aun así no podía deshacerse fácilmente del miedo y de sus pesadillas.

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now