LVI. Atardecer.

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Sorprendido al sentir que Ji Min descubría su rostro, a Yoon Gi no le dio tiempo de reaccionar, los gruesos labios del menor tocaron los suyos de una manera dulce y serena, por lo que sonrió levemente sin romper el beso, cerrando sus ojos para profundizarlo. Cuando se separaron, Yoon Gi parpadeó algunas veces y cubrió su boca con una falsa expresión de sorpresa.

- ¡Jimin, tengo novio! –exclamó Yoon Gi.-

Ji Min se echó a reír por aquella protesta fingida y dejó sus manos sobre los hombros del contrario.

- Es cierto, yo también. –dijo Ji Min.- bueno, no tienen que enterarse si no les decimos.

- No puedo, él es muy lindo... así que lo mejor será terminar con esto. –para hacer más dramática la escena, Yoon Gi dejó la mano sobre su pecho.- adiós.

Se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia su habitación, dando pasitos pequeños como una bailarina, Ji Min intentó no reír al verlo alejarse y fue tras él, tomando su mano para impedir que se fuera.

- No, espera... al menor dame un último beso. –dijo Ji Min, intentando seguir con el drama.- necesito saber qué es lo que siento ahora.

- No, no puedo, lo lamento.

Continuó con sus pasitos de bailarina hasta haber llegado a la habitación, abrió la puerta y se adentró a la misma, sentándose sobre la cama, Ji Min lo miró desde el umbral, recostándose en el marco de la puerta.

- ¿quieres hacer como que esto no pasó? –preguntó Ji Min.-

Levantándose de la cama, Yoon Gi se acercó a él, caminando con serenidad, se detuvo para estar frente a frente y con una de sus manos tomó el rostro de Ji Min.

- No debió haber pasado... pero besas muy bien. –dijo Yoon Gi.-

Esbozó una sonrisa ladina, para después carcajearse de sus propias palabras.

- ¿qué estamos haciendo? –preguntó Yoon Gi.-

Al igual que él, Ji Min se echó a reír, dejando su mano pequeña sobre la del mayor, sin apartar su mirada del rostro del mismo.

- ¿estamos locos? –dijo Ji Min.-

- Tú lo estás. –replicó Yoon Gi, haciendo una mueca.-

Volvió a reír y sonrió abrazando a Ji Min, comenzando a moverse de un lado a otro como si estuviesen bailando, al separarse recordaron el chocolate que se enfriaba en la mesa y volvieron por él, tomaron las tazas y regresaron a la habitación, tomando asiento nuevamente en el borde de la cama, disfrutando del sabor del chocolate y de la mezcla con las golosinas. Yoon Gi sonreía observando la habitación mientras hablaban, la madera le daba un aspecto rústico, pero de ambiente acogedor, para algunos amantes de la vida en la naturaleza no era extraño querer quedarse allí toda la vida.

 Yoon Gi sonreía observando la habitación mientras hablaban, la madera le daba un aspecto rústico, pero de ambiente acogedor, para algunos amantes de la vida en la naturaleza no era extraño querer quedarse allí toda la vida

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Víctima del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora