LX. Alcanzando el cielo a medianoche.

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Un rubor junto con una tímida sonrisa se apoderaron del rostro de Ji Min, sintiendo su cuerpo estremecer ante las caricias de las manos pálidas de Yoon Gi subiendo por su torso hasta haber dejado su camisa más arriba de sus pechos no del todo planos, dejando desnudo su abdomen donde podían verse algunas cicatrices y más arriba sus pezones rosados.

- Subí un poco de peso... -susurró Ji Min.-

- Tienes las medidas exactas para volverme loco, cariño. –replicó Yoon Gi, con una sonrisa que dejaba ver sus colmillos.-

Volvió a inclinarse sobre Ji Min para juntar sus labios con los del mismo, iniciando otra vez aquel intenso beso mientras que con sus manos le bajaba el pantalón, éste cerró sus ojos y se dejó hacer por Yoon Gi, permitiéndole despojarlo de sus ropas, llevando una mano al cinturón del alfa para hacer lo mismo. Estando consciente de lo que sucedería a continuación, Yoon Gi se detuvo y se separó de Ji Min, quitándose de encima y mirándolo con una sonrisa.

- Aquí no será nuestra primera vez. –dijo Yoon Gi, en tono grueso.-

Se inclinó nuevamente al estar de pie y tomó en sus brazos a Ji Min, quien soltó una leve risilla, aferrándose al cuerpo del mayor para dejarse llevar por él a la habitación; como la puerta no estaba bien cerrada se le hizo fácil abrirla de una patada, caminó hasta la cama y con cuidado dejó a Ji Min sobre el colchón, retomando lo que había pausado en el sillón, besando al menor y deshaciéndose de su pantalón para dejarlo así en ropa interior, Ji Min hizo lo mismo, pero solo pudo bajar el pantalón del mayor hasta donde sus brazos se lo permitieron y mientras lo hacía sintió que los nervios se apoderaban de él.

- Por favor... -susurró Ji Min.- sé amable conmigo.

Yoon Gi esbozó una sonrisa ladina al escucharlo y se enderezó para terminar de bajar su pantalón, se subió a la cama y se posicionó entre las piernas de Ji Min, inclinando su rostro hasta besar los carnosos labios dulces del omega, ahora subiendo más la intensidad, éste lo rodeó con sus piernas, para dejarlo pegarse a su cuerpo mientras correspondía al fogoso beso y lo abrazaba, estremeciéndose más y más, sintiendo la temperatura de sus cuerpos subir y poner su sangre caliente, tan excitados, con duros bultos debajo de su ropa interior, muestra del deseo que sentían el uno hacia el otro, Ji Min sintió su entrada humedecerse a medida que el estremecimiento aumentaba junto con su temperatura, sintiendo la piel de Yoon Gi contra la suya. La lengua del rubio comenzó a colarse dentro de la boca del menor, jugando con la suya, sintió su erección rozar la del adverso y comenzó a mover sus caderas, haciendo que se frotaran entre sí, un cosquilleo recorrió el cuerpo de Ji Min, suspirando y jadeando entre los húmedos besos llenos de pasión.

- Mh... -suspiró Ji Min.-

Volvió a jugar con la lengua de Yoon Gi, se sentía caliente, deseoso de aquel alfa, no podía esperar más, quería sentirlo dentro, así que rápidamente bajó sus manos a la ropa interior del mismo, intentando bajarla como lo había hecho con su pantalón, éste se lo permitió y con desesperación se deshizo de la de Ji Min, se sentía igual de deseoso de probarlo, pero sabía que necesitaba algo más de tiempo antes de eso. Al dejarlo completamente desnudo, Yoon Gi sonrió, relamiendo sus labios y separándose del menor, observando su cuerpo sin una prenda puesta mientras colocaba la punta de su miembro en la entrada del mismo, frotándose un poco en la misma, el rostro de Ji Min se puso totalmente colorado, así que lo cubrió con sus manos, sintiendo aquel glande frotándose en su entrada húmeda, separó sus piernas para darle acceso a aquella zona, pero estaba más que nervioso y también avergonzado por sus cicatrices.

- No te cubras, hoy te vez tan lindo... -dijo Yoon Gi.- quiero ver tu cara cuando te vengas.

Dejó sus manos en las caderas del menor, para sujetarse de ellas mientras comenzaba a hundir su miembro poco a poco dentro de él, los brazos de Ji Min rodearon su cuello, pegándolo a su pecho; el castaño abrió un poco su boca y comenzó a soltar suaves gemidos al pie del oído de Yoon Gi cuando éste comenzó a penetrarlo, cerró sus ojos y apretó sus manos en la espalda del mismo.

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now