XXXIII. Esfuerzos de un hombre enamorado.

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Metido en el pecho de Yoon Gi, siendo el único lugar donde podía encontrar la tranquilidad, Ji Min cerró sus ojos brevemente, sintiendo las caricias del mismo en su espalda.

- ¿qué hacías antes de conocer a Jungkook? –preguntó Yoon Gi.-

Nuevamente hubo silencio en lo que los recuerdos de aquellos días volvían a la memoria de Ji Min y abría sus ojos para ver al rubio.

- Solía pintar. –dijo Ji Min.- pero hubo un tiempo antes de Jungkook que estuve muy deprimido y dejé de hacerlo.

- Mmm. Bueno ¿qué tal si me muestras un poco de ese talento?

- ¿crees que aún pueda? –se incorporó.- no tengo los materiales.

- Yo los conseguiré. –Yoon Gi sonrió.- ¿qué te parece si los vamos a comprar? ¿te animas?

El tono de Yoon Gi parecía entusiasmado, estrujó un poco el abdomen de Ji Min y éste miró con atención lo que hacía, luego volvió a verlo al rostro.

- Bueno... está bien.

- Genial. Ahora hay que irnos. –volvió a sonreír.-

Su sonrisa se hizo más amplia y tomó la mano del omega, jalándola hacia él para hacer que se levantara, Ji Min fue con él, no podía negarse, aunque no se sentía de ánimos para ir a cualquier lugar, no quería caer otra vez en depresión. Subieron al auto, Ji Min en el asiento del acompañante y Yoon Gi conducía hasta llegar al centro comercial, donde sabía que había varios almacenes de pintura y arte para que el menor eligiera todo lo que necesitaría para pintar; durante el camino Ji Min no pronunciaba palabra alguna, a menos que Yoon Gi le sacara conversación, se mantenía cabizbajo, sin prestar mucha atención a lo que sucedía a su alrededor, ensimismado en su tristeza, a pesar de que quería evitar que eso pasara.

Cuando llegaron al centro comercial bajaron del auto y se dirigieron juntos al interior del mismo, Ji Min miraba todas aquellas tiendas, las personas y demás en busca de alguna sensación, pero no lograba sentir nada.

- ¿compraremos todo el equipo? –preguntó Ji Min.-

- Si es que lo necesitas, sí. –respondió Yoon Gi.-

Aquel lugar estaba lleno de vida, había gente entrando y saliendo, tomándose fotos, comiendo, niños jugando, perros, pajaritos revoloteando, había música, resultaba agradable el ambiente. Sin importar nada más, Yoon Gi tomó a Ji Min del brazo y lo llevó a su lado, guiándolo por el lugar.

- Pero... es mucho dinero. –dijo Ji Min.-

La alegría de los sonidos llegaba a los oídos de Ji Min y comenzaba a prestar un poco más de atención a lo que le rodeaba, mientras seguía los pasos de Yoon Gi.

- No es nada. –dijo el rubio.- puedo dar más de lo que tengo para verte sonreír.

Sorprendido por aquellas palabras, Ji Min dirigió su mirada a los ojos gatunos de aquel alfa que lo miraba de la misma manera.

- ¿tanto me quieres? –preguntó el castaño.-

- Mi cariño por ti tiene comienzo. –dijo Yoon Gi.- pero no final.

Perdido en los grandes ojos de Ji Min, el rubio alzó su mano y con ella acarició el rostro del mismo, Ji Min apoyó su mejilla sobre la mano que la acariciaba sin apartar su vista de aquellos ojos.

- ¿eres así de lindo con todos tus amigos? –preguntó Ji Min.-

- No, no lo soy.

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now