XLII. Lado animal.

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Solos en aquella habitación, llena de las feromonas del omega en celo que había perdido el juicio y el razonamiento, se miraban fijamente, como si estuviesen esperando a que el otro hiciera algo para iniciar el acto que tanto estaban deseando, Yoon Gi se había perdido en aquellos labios que tanto deseaba, aun luchando con aquella parte que no quería tomar a Ji Min de esa manera y también con la que le decía que lo hiciera.

- ¿qué estás haciendo?

Una voz ronca se hizo presente detrás de ellos, había un semblante molesto en el rostro de Tae Hyung, que los miraba con decepción, interrumpiéndolos justo antes de que sus labios se fundieran en el más apasionado de los besos.

- Qué imprudente eres. –dijo Tae Hyung al omega.-

Tomó a Yoon Gi por el brazo, Ji Min lo miró con confusión ante sus palabras, viendo cómo alejaba a Yoon Gi de él, gimió suavemente por el dolor en su entrepierna y mordió su labio inferior, Tae Hyung salió de la habitación, llevando a rastras a Yoon Gi y cerró la puerta, Ji Min salió de la cama rápidamente y recogió la camisa que había quedado en el piso, volvió a recostarse y pegó ésta a su rostro, aspirando el aroma del rubio que había quedado impregnado en ella mientras suspiraba.

- Yoongi... -susurró cerrando sus ojos.-

Sentía que iba a explotar, así que comenzó a tocarse imaginando que eran las blancas manos de Yoon Gi las que lo hacían, oliendo el atrayente aroma del alfa mientras movía su mano de arriba hacia abajo, masturbándose, necesitaba correrse, al menos así podría sentirse un poco más aliviado. Se tocaba con el aroma de Yoon Gi, con la imagen erótica de su torso desnudo, de la mirada llena de deseo que le dedicó al entrar a la habitación, aunque en ese momento imaginó que era así porque aquella era la única esencia de alfa que tenía cerca de él.

- ¿qué mierda haces? –dijo Tae Hyung, con el mismo tono de enojo.-

Observó a Yoon Gi en el pasillo frente a la habitación, el alfa jadeaba y tenía humedad en su cuerpo, además un severo bulto en su entrepierna.

- Él es el novio de mi hermano ¡de tu amigo, Yoongi!

Volvió a tomarlo del brazo con brusquedad y lo llevó a rastras hasta la habitación que ahora usaba, encerrándolo en ella para impedir que volviera a caer ante las feromonas del omega en celo.

- Imbécil. –murmuró Tae Hyung.-

Ahora Tae Hyung no solo tendía que controlar a Yoon Gi encerrado en la habitación, sino que tenía que luchar también contra sus propios instintos.

- Tranquilo... piensa en Jungkook... Jungkook. –dijo sentándose en el pasillo, intentando calmarse.- no lo haré. No, no, no.

Llevó su mano a su rostro y cubrió con fuerza su nariz, como si quisiera arrancarla de su rostro; las manos de Ji Min terminaron manchadas con su semen al eyacular, se había corrido tantas veces pensando en Yoon Gi con el pasar de los minutos, se masturbó hasta que ya no pudo mover su mano, su cama se inundó con sus fluidos, suspiraba y gemía el nombre del alfa al que le pertenecía ese aroma que, aunque quisiera negarlo mil veces, le atraía como nunca, a pesar de que ni siquiera él lo había notado. Sus feromonas se fueron haciendo cada vez más débiles, a medida que se quedaba dormido, aunque ese sueño no duraría mucho. El olor a omega urgido por el semen de un alfa que se había esparcido por la casa desapareció mientras Ji Min dormía, como si se hubiese llenado de la satisfacción necesaria para darle a su cuerpo un breve descanso, al menos por el momento. En el pasillo de sus sueños, oscuro y tenebroso se encontró con una habitación vacía, donde solo había un joven de cabellos blancos como la nieve, sobre los cuales sobresalían un par de orejas de gato del mismo color, vistiendo ropas finas, suaves y tan blancas como su propio cabello que se acercaba a él, caminando lentamente, se trataba de su omega.

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now