XLVII. Malos entendidos.

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Durante el viaje de vuelta a casa, Yoon Gi se disculpó con Tae Hyung por lo menos unas cinco veces y recibía siempre la misma respuesta de su parte, negando y diciendo que no pasaba nada.

- Creo que hice algo malo, pero no es para ignorarme ¿o sí? –comentó Yoon Gi.-

- ¿de qué hablas? –preguntó Tae Hyung.-

- No, nada...

El primero en llegar a casa fue Ji Min, detuvo el auto en frente de la misma y bajó del mismo, llevando a Zeus consigo, abrió la puerta y entró rápidamente, dejando al cachorro en la sala para ir a su habitación antes de que llegaran los otros dos. Cuando llegaron y entraron a la casa, Tae Hyung fue rápidamente al baño en busca de una caja de medicamentos, mientras que Yoon Gi subía para ir con Ji Min, se detuvo en la puerta de su habitación, pero no quiso tocar, prefirió hablar desde afuera.

- Jimin... lamento lo de hoy. –dijo Yoon Gi.-

Había utilizado un tono lo suficientemente alto para que el menor escuchara a través de la puerta; Ji Min salió de la cama al oírlo y caminó de manera lenta, con pasos silenciosos hacia la puerta, de la cual se recostó delicadamente, queriendo ver el rostro de Yoon Gi. Mordió ligeramente su labio inferior, no sabía qué decir, ninguna palabra venía a su cabeza, así que guardó silencio, pegado a la puerta.

- Yo... lo entiendo... lo lamento. –soltó un pesado suspiro.-

Se dio la vuelta y caminó en dirección a su habitación de manera lenta y desanimada, interpretando a su manera el silencio del omega.

- Qué tontería. –dijo la voz grave de su alfa.-

- Fue mi culpa. –respondió Yoon Gi.-

Llegando a su habitación cerró la puerta tras de sí y se tiró sobre la cama, tomando su celular para revisar algunas cosas. Soltando un suspiro Ji Min se deslizó por la puerta hasta quedar sentado en el suelo, con la espalda apoyada en ella y el rostro entre las manos, su pecho dolía por haber ignorado de esa manera, imaginando lo mal que ahora se sentía Yoon Gi, pero no encontraba otra manera de ayudarlo.

- ¿por qué me siento de esta manera? –susurró para sí mismo.- ¿qué es lo que siento?

- Es amor. –respondió su omega.-

- ¿amor? Yo amo a Jungkook. –replicó Ji Min.-

- Pero él ya no está y Yoongi está ocupando su lugar.

- No... eso jamás. –negó rotundamente.-

- Jungkook fue un buen alfa, nos habríamos quedado con él toda la vida si no hubiese muerto.-dijo su omega.- pero debemos superarlo y seguir adelante.

- ¿con Yoongi?

- Por supuesto.

- No puedo... es demasiado pronto...

Continuaba negándose a escuchar la voz de sus instintos, a pesar de que quería encontrar una respuesta a los nuevos sentimientos que se generaban en su pecho, tenía miedo. Yoon Gi también tenía una lucha interna con su alfa, aunque no era muy común que estuvieran en desacuerdo.

- Es una reina del drama. –dijo su alfa.-

- No lo es. –replicó Yoon Gi.- él tiene razones para estar molesto conmigo.

- Nosotros también, nos estás haciendo daño para protegerlo ¿y así nos agradece?

- No tiene que agradecer, él no lo pidió, yo lo estoy haciendo porque quiero.

Víctima del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora