XII. Una larga espera.

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Lo más rápido que podía, Tae Hyung se alejó de aquel lugar, conduciendo en una dirección que se había fijado en su mente, Ji Min veía con horror a través de la ventana cómo invadían el que había sido su hogar, su corazón estaba acelerado, su cuerpo tembló de miedo, imaginando qué podría haberle sucedido de haber estado solo en casa en ese momento.

- No mires. –le oyó decir a Tae Hyung.- mira al frente, Jimin.

El alfa mantuvo su mirada fija en la carretera, pero su visión periférica le permitía distinguir al pequeño omega asustado mirando hacia atrás hasta que perdió de vista la casa, entonces se sentó bien y se apoyó en el respaldar del asiento, su rostro reflejaba el miedo que sentía de lo que podría haberle pasado de no ser por Tae Hyung.

- Ellos no nos encontrarán. –dijo Tae Hyung.- ya no te preocupes.

- ¿quiénes son ellos? –susurró Ji Min.- ¿por qué hicieron eso? ¿me buscaban a mí?

- Te lo explicaré todo cuando lleguemos.

Cansado de las excusas, Ji Min solo suspiró y cerró sus ojos, recargándose bien en el asiento mientras esperaba llegar a aquel lugar al que no se había molestado en preguntar dónde estaba; el viaje no fue largo, pero el ruido del motor y la vibración del vehículo arrullaron al joven omega, que se quedó dormido en el asiento hasta que sintió que el auto se detuvo, abrió sus ojos para ver a su alrededor, aún algo adormilado, pronto se dio cuenta de que estaba en un lugar que nunca había visto. Era una casa sola en medio de la nada, volteó a ver a Tae Hyung cuando éste abandonó su asiento y le dio la vuelta al vehículo, para así abrirle la puerta a Ji Min y que éste saliera. 

-          ¿dónde estamos? –preguntó el omega

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- ¿dónde estamos? –preguntó el omega.-

- Es mi casa. –respondió Tae Hyung.- bueno, no es mía como tal, vivo aquí con un compañero.

Cerró la puerta del auto, pasando seguro al mismo, mientras Ji Min examinaba el exterior de aquella casa, parecía un lugar agradable.

- ¿y a él le va a gustar que tenga un nuevo inquilino? –preguntó Ji Min.-

Estaba consciente de que, al menos por el momento no podría volver a su casa, así que supuso que Tae Hyung lo había llevado allí para esperar a que Jung Kook volviera por él y así pudieran ver a dónde ir.

- No lo sé. –levantó sus hombros, restándole importancia.- no puede quejarse, él siempre está trayendo "inquilinos" nuevos y no le digo nada.

Esbozó una pequeña sonrisa, tal vez como un intento inútil de subir el ánimo del omega, pero al ver que no funcionó solo se dio vuelta y se acercó a la puerta, con Ji Min detrás de él para abrirla de par en par y adentrarse a aquella casa donde podía respirarse el aire puro de la naturaleza aún en su interior.

- Yoongi. –lo llamó, Tae Hyung.- ¿dónde estás?

Tan pronto como escuchó su voz, Yoon Gi dejó lo que hacía y se hizo presente en la sala, viniendo desde la puerta trasera que daba al jardín, se acercó al alfa, con una pequeña sonrisa en su rostro; Min Yoon Gi era un chico de tez pálida y mejillas rellenas, a pesar de ser alfa era de baja estatura, su cabello era rubio y liso, sus ojos daban la impresión de una mirada felina, digna de un puma como él lo era.

Víctima del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora