XVI. Trampas del destino.

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Con el pasar de las semanas Jung Kook pudo rentar un departamento lo suficientemente grande y cómodo para ellos y su pequeño hijo que venía en camino, ya estaba amueblado, así que no tuvo que gastar demasiado en los artículos del hogar, aunque llenar la nevera y las alacenas parecía tarea difícil. Ji Min estaba emocionado, todo parecía estar yendo bien, dejó de pensar en que seguramente estaba maldito y se concentró en comenzar a comprar las cosas necesarias para hacer un nido en la que sería la habitación de su hijo.

Sus náuseas habían disminuido, aunque sentía repugnancia hacia ciertos aromas, puesto que su sentido del olfato estaba más sensible y desarrollado, su vientre comenzaba a abultarse apenas, no podía verse con la ropa puesta, pero al estar desnudo resaltaba el pequeño bulto que sobresalía.

Sus náuseas habían disminuido, aunque sentía repugnancia hacia ciertos aromas, puesto que su sentido del olfato estaba más sensible y desarrollado, su vientre comenzaba a abultarse apenas, no podía verse con la ropa puesta, pero al estar desnudo r...

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Por las tardes, al tiempo que Jung Kook trabajaba, el omega se ocupaba de mantener limpio el apartamento y ordenar las escasas cosas que habían comprado para el bebé en el nido que se dispuso a hacer, aunque en aquel entonces no era mucho más que un cuarto con algunas cremas y sábanas.

- Pronto compraremos más cosas con papá. –susurró Ji Min, pasando su mano por su vientre con suavidad.-

Le emocionaba saber que tendría un hijo, aunque no dejaba de preocuparse por mantenerlo dentro de él y además vivo, pasar por otra pérdida como la primera sería devastador para él. Salió de aquella habitación y fue hasta la cocina, abrió la nevera bien surtida de todos los alimentos que podría comer o preparar, se quedó mirando todas las cosas hasta que por fin se decidió y tomó únicamente una banana, la cual peló y tiró la cáscara en el cesto de la basura, dirigiéndose al mueble, donde se tiró a pensar en que quería ver a su padre. Desde lo ocurrido en su casa, Seo Joon ha estado al pendiente, Ji Min no tuvo de otra más que contarle toda la verdad y eso hizo que la preocupación del padre aumentara, sin embargo no fue capaz de obligar a Ji Min a olvidarse de Jung Kook, sabía que, aunque él no lo quisiera, su hijo ya era un adulto capaz de tomar sus propias decisiones, así que respetaba eso. Absorto en sus propios pensamientos no se percató de que la puerta de la entrada se había abierto hasta que alzó la mirada y se encontró con Jung Kook cerrándola detrás de sí, esbozó una pequeña sonrisa y se levantó de su asiento para ir junto a él, besando sus labios como un saludo.

- Llegaste más temprano hoy. –dijo Ji Min.-

- Pude salir más temprano. –respondió Jung Kook.- así que hoy tengo más tiempo para ti.

Abrazó a Ji Min y le devolvió el beso que inicialmente le había dado, lo cual hizo sonreír al castaño e igualmente lo abrazó, correspondiendo de la misma manera a aquella muestra de su amor.

- ¿cuándo iremos a hacer el ultrasonido? –preguntó Jung Kook.-

- Hice una cita para mañana. –dijo Ji Min, tomando sus manos.- pero estoy tan nervioso.

Suspiró y el alfa sonrió, dejó un beso en su frente y lo llevó hacia el sillón, donde se sentaron juntos, abrazados uno al otro, como un par de adolescentes enamorados.

Víctima del destinoWhere stories live. Discover now