Capítulo 12: Salvaje

14.2K 2.2K 583
                                    

Nota del autor:
Hola, este capítulo es completamente nuevo (decidí expandir estos 3 capítulos para que se aprecien más detalles de los personajes) espero que les guste. Gracias por leer.

•—Empezar Música—•

Me libero finalmente. Mi corazón no deja de latir, estoy desubicada, y veo flashes al levantarme. Estoy mareada, sin fuerzas, confundida, con terror... pero no puedo dejar que Quinn sufra más junto a mí. ¡Tengo que moverme!

—¡Ven, rápido! —exclama Quinn, con algunas lágrimas.

Corro hacia ella, cortando las cuerdas rápidamente. Logro cortar un lado, liberando su mano derecha, hasta que escucho que Duke viene bajando las escaleras. ¡No tengo tiempo! ¡Necesito hacer algo ya!

Corro y me posiciono como antes, tomando la cuerda y acomodándola, sosteniéndola detrás de mí, junto con la tijera. Cierro los ojos con todas mis fuerzas, esperando a que él no note la ausencia de las tijeras. Ya no está hablando por celular. Está un poco callado.

—Tengo que esperar a que caliente más —comenta, poniéndose unos guantes blancos. Camina hacia el horno, revisando un viejo maletín de herramientas. Él se encuentra detrás de mí. Si se le ocurre mirar, sabrá que tengo las tijeras, y que ya no tengo las cuerdas.

¡Es tiempo de actuar! Me levanto silenciosamente, sin que él se de cuenta, por los sonidos metálicos de las herramientas en el maletín. Estoy por liberar a Quinn, hasta que él se levanta, viéndome fugazmente. Corre hacia mí, hasta que levanto la tijera, apuntándole, con mis manos temblorosas.

—¡Eh! Tranquila. —Duke levanta las manos, tengo la posibilidad de escapar si quisiera... pero no puedo traicionar a Quinn y dejarla aquí. Él corre hacia mí a toda velocidad. Sé que no podré hacerle nada con la tijera, la lanzo hacia Quinn, quien la atrapa con su mano libre.

—¡Ah! —grito con todas mis fuerzas. ¡Quinn tiene que ayudarme! Él está encima de mí, sosteniendo mis brazos y piernas con su cuerpo.

Quinn logra liberarse, le intenta clavar las tijeras a Duke, pero él logra verla a tiempo, y le pega un puñetazo en la cara. Ella cae al suelo, casi inconsciente.

—¡Quinn! —exclamo. Intento levantarme, pero él sigue sin dejarme hacer algo.

Quinn está casi al punto del desmayo, se está arrastrando hacia el horno, lentamente, y con su cuerda. ¿Qué planea?

—¡No van a escapar de aquí! ¡Son mis modelos, y ganaré el desfile! —grita Duke, mostrando una sonrisa siniestra—. ¡¿Cómo creen que hubieran ganado esta pelea?!

Quinn mete un extremo de la cuerda en el horno, haciendo que se encienda en llamas. Duke no se da cuenta de esto, ya que he estado forcejeando para distraerlo. El rastro de llamas va rápidamente hacia el pantalón de mi enemigo, pero tengo que ganar más tiempo. Lo muerdo en el brazo con todas mis fuerzas. Él me pega en la cara, y el golpe impacta mi cráneo contra el duro cemento del piso del sótano, creando una gran contusión.

Estoy muy herida, pero veo que, de un pronto a otro, los pantalones de Duke se encienden en fuego. Él se quita de encima de mí. Quinn se levanta a como puede, corriendo a mi auxilio. Extiende su mano rápidamente, y ayuda a levantarme.

Duke sigue rodando en el suelo. Ella me ayuda a subir las escaleras, las cuales en las condiciones actuales son un enorme obstáculo. Ponemos las manos, rodillas, pies, y avanzamos lentamente. Yo voy de primero, y Quinn me sigue de cerca.

¡Él se ha liberado del fuego! Él corre a toda velocidad, agarrando las piernas de Quinn, y arrastrándola agresivamente. ¡Tengo que escapar! Estoy muy cerca de la salida. Doy dos pasos más, Quinn está forcejeando y gritando, para evitar que Duke siga por mí, pero él logra interceptarme a tiempo.

Caemos juntos por las escaleras, le intento rasguñar la cara, pero ya mis fuerzas no dan. Me he golpeado aún más la cabeza, las costillas, las piernas, y la cara, mientras que él sigue en casi perfecto estado. Todo se empieza a volver negro, mientras escucho los sollozos de Quinn alejándose, hasta que me desmayo.

Despierto con menos fuerzas que nunca. Veo borroso, hasta que logro enfocar a Quinn. El calor en el sótano se ha hecho casi insoportable... el horno sigue calentándose. Ambas estamos en nuestras posiciones iniciales. En el suelo, no muy lejos de mí, se encuentra el pantalón de Duke, medio quemado.

Él baja las escaleras con un short puesto. Tiene una quemadura en la pierna derecha, la cual se ha vendado. En su mano trae una máquina para cortar cabello. Es roja, se ve de terrible mala calidad.

—No más interrupciones estúpidas. —Él camina hacia Quinn—. ¿Empezamos?

—¡Aléjate de ella! —exclamo aterrorizada.

Quinn no habla, está petrificada, con sus ojos abiertos.

—Será rápido, compórtate, Quinn. —Duke le acaricia la cara—. Quedarás hermosa.

—Por favor... —Ella llora—. Te prometo que no diremos nada...

—Intenté confiar en ustedes, y me intentaron matar. ¿Qué lógica tiene eso? No más. —Duke enciende la máquina, empezando a cortar los rubios rizos de Quinn.

Veo los trozos de cabello caer al frío suelo, mientras ella llora y clama por ayuda. ¡No puedo hacer nada para ayudarle! Ella se retuerce con todas sus fuerzas. Duke se mueve mucho, y la máquina de afeitar le ha empezado a desgarrar el cuero cabelludo. Veo la sangre manchar las manos de nuestro secuestrador.

—¡No te muevas, que lo arruinas todo! —grita él furioso—. Si no te mueves, terminaré en un instante. ¡Ni siquiera es todo tu cabello lo que estoy cortando!

Él sigue el proceso, hasta que termina. Quinn está agitada, la veo. Tiene su cabello intacto, menos un enorme parche en el centro de la cabeza, en donde las rasgaduras se hacen presente y la sangre es notoria. Ahí... iría la corona.

—Mierda. ¿Tan complicado era? Qué llorona del carajo eres. —Él lanza la máquina de cortar, está más agresivo que antes—. Todo iba bien, y decidieron cagarla. ¿Quieren sufrir? No saben lo que les espera.

Él camina hacia mí. Me toma la cara de las mejillas, estrujándolas. Me voltea hacia Quinn.

—No se ve mal. ¿Cierto? —pregunta, viéndome directo a los ojos. Quinn no deja de sollozar—. Responde.

—... —ignoro lo que dice, ver a Quinn así me duele en el alma.

—¡Responde! —exclama, dándome una cachetada.

—¡No se ve mal! —grito con miedo.

—El horno ya está caliente... pero aún le falta. Ya vengo, traeré agua. —Parece que su energía tiene picos muy extraños, tiene episodios fuertes.

***Duke***

Llego arriba. Voy directo hacia la cocina, a buscar lo que he guardado en la alacena. Rebusco por todo el lugar, hasta que encuentro la pequeña bolsa transparente. Una línea de cocaína es justo lo que necesito en este momento...

—Estas dos están locas, igual que mi tío. —Suspiro, metiendo los dedos en la bolsa casi vacía, esperando a que Jerry tenga piedad de mí y me guarde un poco para después—. ¿Qué diablos haré con todo el plan que tengo?

Inhalo, y pongo el resto en mi boca. Siento las fuerzas llegar rápidamente a mi organismo. Mi ánimo se ha levantado, la energía fluye. Tomo un vaso y lo lleno con agua, tengo que darles algo de tomar o se deshidratarán.

La actitud de Duke tenía que tener una explicación. ¿Por qué actuaba de maneras tan impulsivas?

 ¿Por qué actuaba de maneras tan impulsivas?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora