Capítulo 5: Lo Inesperado

198K 21.7K 16.3K
                                    

Notas del Autor:

—¡Hola! Espero que estén disfrutando de la historia.

—A partir de este capítulo las cosas se van a empezar a poner bien... interesantes. Disfruten mucho.

Estamos frente a la puerta. Observo a los alrededores con cuidado, está oscuro... veo todo de una diferente perspectiva. Puedo mirar hacia la ventana de mi habitación. Gracias al ángulo de la luz de un poste de luz es fácil observar hacia los interiores de mi casa. No sabía esto.

Duke toca el timbre. Respiro profundo. ¿En serio estoy haciendo esto? Podría simplemente fingir un gran dolor de cabeza, podría pedirle a Serina que me llame llorando... todavía no es muy tarde.

Mi vecino abre la puerta. Tiene una expresión seria, seca. Sus ojos oscuros e indiferentes son los mismos que he visto desde lejos, pero de cerca llegan a ser un tanto intimidantes. Él se sorprende un poco al verme ahí.

—Buenas noches —dice.

—Hola tío, traje a mi amiga a ayudar también. ¿Está bien? —cuestiona Duke amablemente.

Mi vecino sonríe algo forzado.

—Claro. Adelante. —Él nos invita a pasar.

Entramos a su casa. Duke cierra la puerta detrás de mí. El lugar tiene una estructura parecida a la de mi hogar, justo después de la entrada hay un pasillo. La locación es un poco oscura, no me da buena vibra... siento que no pertenezco aquí, y me siento insegura.

—Así que... ¿en qué te podemos ayudar? —pregunta Duke.

Entramos a la cocina, es mucho más grande que la de mi casa. El piso está hecho de cuadros blancos y negros.

Hay una pequeña mesa blanca con cuatro sillas además de un mueble grande frente a la refrigeradora. La estufa está a la derecha. Todo es relativamente normal, pero está sucio. Huele un poco a humedad, no es muy agradable que digamos.

Más allá hay una puerta, igual que la de mi casa. Supongo que da al sótano. Me fijo en ella, miro cuidadosamente, perdiéndome en los detalles. Mi vecino interrumpe mis pensamientos con un golpe en seco en su tabla de picar, al parecer picaba una zanahoria para la cena.

—Lo que necesito es que me ayuden a transportar algunas cosas que tengo fuera de la casa, cerca de la cochera. Están algo pesadas... necesito meterlas al sótano, estoy por trabajar en algo importante. —Él sigue picando.

—Claro. ¿Vamos ya? —pregunta Duke, caminando hacia la cochera.

—Sí, vamos. —Gabriel deja de cocinar.

Veo la cocina, hay agua hirviendo casi desbordándose. Mi vecino está sudando. No sonríe, no me siento bienvenida. La ansiedad va en incremento...

Al caminar por la sala observo unos sillones viejos, algo descuidados. Empiezo a pensar, nunca lo he visto con alguna mujer, ni con hijos, ni con nadie. Es la primera vez que veo a un familiar, o siquiera algún contacto fuera de los otros vecinos.

Salimos por un ventanal de la sala hacia el jardín trasero, donde se encuentra lo que él quiere meter a la casa. Hay unas cajas de cartón con varios instrumentos. Hay barras de cobre, pinzas, y guantes que soportan altas temperaturas.

Aparte de todo, hay una caja más liviana, medio abierta. Me fijo rápidamente, sin tocarla. Dentro hay ropa o algo por el estilo... ¿acaso es un tipo de vestido? Es celeste... Toda esta combinación me parece muy extraña.

—¿En qué vas a trabajar? Se ve complejo —comenta Duke haciendo fuerzas, levantando una caja.

—Otra de mis esculturas. No eres el único artista en la familia —responde mi vecino cargando otra caja—. Todavía no empiezo, y será algo duro, pero gracias a ustedes lo haré esta noche.

El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora