Capítulo 33: ¿Pequeños cambios?

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Hace 10 meses...

***Lyra***

Es un lunes por la mañana. Me fijo por la ventana, es un día no tan soleado, y me siento algo cansada por la noche anterior. Tengo cierta pereza de levantarme, pero tengo que seguir adelante y avanzar con la vida...

Me alisto, voy a la cocina. Mis padres ya han desayunado y se están terminando de alistar. No tengo hambre, pero me obligo a comer una tostada con mermelada, necesito energías para el día. Mi padre me tiene que dejar en la universidad como todas las mañanas, así que puedo charlar con él un rato en el auto.

En la universidad las clases transcurren de manera usual. Siempre me había apasionado la enfermería. Había nacido con la vocación, y era todo un sueño el completar este sueño. Al salir de clases hablo con unas cuantas amigas. Salimos juntas a comer, y hablamos de lo que sea, pasando un cálido tiempo juntas. Son especiales, y al igual que a mí les gustan las ciencias.

La universidad es grande, con muchas zonas verdes, y varios espacios en los que la comunidad estudiantil puede estar a gusto, usando las instalaciones para actividades recreativas. Tomo un mordisco de una manzana verde, y me pongo a pensar... tal vez mi plan de estudiar enfermería como carrera completa, y no solo como cursos, era lo que querría definitivamente para un futuro.

Serina me llama, es un poco más tarde que el medio día.

—¡Lyra! —exclama alegre—. ¿Nos vemos hoy?

—¡Claro que sí! Vamos a hacer algo, tengo ganas de verte. —No la veo desde hace una semana.

—¿Vamos de compras? —consulta.

—Perfecto, nos vemos en una hora en el centro comercial —confirmo, y me quedo hablando un rato más con mis amigas.

Me despido de cada una, y me dirijo a casa; no está muy lejos de ahí.

***Sonnet***

•—Empezar Música—•

Ese día tenía libre con Serina. Ninguno tenía que ir a la universidad; habíamos planeado juntar nuestros horarios de tal manera en la que los lunes tuviéramos tiempo para nosotros. Me encontraba en su casa, y veíamos una película desde la mañana, pues en la tarde tendría que regresar para almorzar con mi madre.

—Te quería comentar... —Ella alzó su mirada—. Últimamente no me he sentido muy bien, ya sabes, respecto a aquello que te comenté.

—Entiendo. —No sabía cómo reaccionar o actuar. Tenía miedo a algo desconocido, y no era capaz de sentir lo que ella sintiera, pero intentaba hacerle sentir cómoda—. ¿Hay alguna manera en la que te pueda hacer sentir mejor?

—Creo que el que compartas este tiempo conmigo, y me prestes tus oídos para escuchar en ciertos momentos es suficiente. —Me dio un abrazo—. Cada vez que siento esta presión en el pecho, y escucho suspiros externos... el distraerme ayuda bastante.

—Me alegro de que te sientas abierta a expresarlo. —Las dudas retumbaban en mi mente... y ella no había sido muy abierta respecto al tema. Sabía que estaba tomando un tratamiento, y en esos temas no me gustaba meterme, eran algo entre ella y su familia, algo personal. Sentía cierto remordimiento por no poder saber del tema, y sabía que debía informarme... pero según yo... en aquellos momentos, con quererla bastaría.

***Steiner***

—¿Ya terminaste de trabajar en el caso de anoche? —consulté a Vincent, quien estaba trabajando en su computadora.

El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora