Capítulo 60: Heridos

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Actualidad...

***Sonnet***

Abrí los ojos. Tricia estaba sentada, observándome.

—¿En dónde está Jael? —preguntó—. ¿Te dijo hacia dónde iba?

—Dijo que iba a vender algo —respondí. Puse las manos en mi estómago. Me dolía muchísimo y las ganas de vomitar se hicieron presentes.

—No vomites... aguanta para que tu cuerpo aprenda a digerir la sangre —aconsejó—. Diablos... Jael no contesta el celular.

—Tengo una pregunta en la mente... que me ha molestado desde hace un rato —confesé.

—¿Qué quieres saber? —consultó, sosteniendo un libro.

—¿Por qué Bucker usaría un gorro y camisa rojos, si pertenece a los Desvaríos? —Desperté más, poniendo atención.

—Bucker antes era un Onírico —explicó—. Pero algo sucedió... y decidió cambiar de bando.

—¿Qué sucedió? —interrogué. Ella se tocó el cabello y tomó un suspiro.

—Los Oníricos le fallaron. Nada que no se haya visto antes... De todos modos, es una historia compleja —explicó—. Bucker se juntaba con ellos porque no tenía amigos, hasta que entró en el mundo de las drogas y decidió unírseles. Su grupo de "amigos" lo impulsaban a hacer estupideces a cambio de un voto de confianza...

» Bucker tenía una novia, o algo así. Su nombre era Tinna. Él no fue muy... expresivo sobre el tema, y si me preguntas, es mejor no hablarle mucho del tema. Bucker podrá ser muy musculoso e intimidante, pero aquí hemos creado un espacio seguro en donde podemos ser vulnerables. Todos tenemos un pasado... que no es relevante en nuestro ahora.

—Entiendo. —Era cierto, alrededor de ellos se sentía un aura de comprensión y respeto.

—Sabes, algo curioso... —Ella se sentó—. Una diferencia entre los Oníricos y los Desvaríos es que nosotros no consumimos drogas.

—¿No? —cuestioné algo confundido.

—Sabemos lo dañino que puede llegar a ser... y los lazos que se pueden romper gracias a las mismas. ¿Qué tan lejos llegaría un adicto a la cocaína, por ejemplo, a cambio de un poco? Después de varias semanas de no consumir... te sorprenderías a los límites que llega la gente por lo que quiere lograr —sentenció.

—Yo... —Me detuve un segundo. Me di cuenta de lo profundo de la situación... había llegado tan lejos por mi amiga...

Estaba alimentándome de sangre, estaba por pasar una transformación para poder ver a Lyra de nuevo. Acaso... ¿sería ese mi problema? ¿Mi adicción? ¿Preocuparme así por los demás sería un problema tan grande para mí? Fallar de nuevo en proteger a los míos era un imposible para mí. Una promesa inquebrantable... sin embargo...

Me sentía vacío, triste y desolado. Mi respirar se sentía pesado y la ansiedad no hacía más que empeorar. El remordimiento me consumía conforme recordaba la tenue sonrisa de Serina. La había abandonado en uno de sus momentos más vulnerables. ¿Qué diablos tenía que haber hecho?

¿Estaba bien poner en orden de prioridad a mis amigos, a mi novia, o a mi familia? En momentos tan estresantes y horrendos... en los que los tres lados estaban atravesando, ¿había tomado la mejor decisión? El mejor camino... ¿existía uno acaso? Las líneas, los límites, todo se estaba haciendo más y más borroso con el pasar del tiempo.

No tenía ni idea de cuánto tiempo pasaría encerrado en la mansión, ni cuánto tiempo duraría el evento del desfile macabro. ¿Cómo sabía siquiera que Tricia estaba concursando en verdad? ¿Cómo me podrían asegurar si existía el desfile?

El Desfile Macabro (#1 ¡EN FÍSICO YA!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora