62- El final puede ser un comienzo

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La paz y armonía que Imaushi podía sentir teniendo a su pequeña princesa entre los brazos le llenaba el cuerpo de alegría.
Ren descansaba la cabeza sobre su pecho con la expresión de cansancio más cálida de todas.

Despertarse a primera hora del día le daba esa tranquilidad momentánea que disfrutaba tanto; Ahora que no tenía que levantarse a trabajar y podía limitarse a jugar con los pequeños cabellitos rebeldes de sus dos princesas le hacía sentir una calma inimaginable.

Después de todo, ahí tenía lo que siempre había querido:
Una mujer que más allá de llenar sus expectativas, las superaba con creces, derrumbando los estándares de sus aspiraciones con solo mover un dedo.
Era preciosa como una muñeca de porcelana, a veces con el pelo lleno de tubos para rizos y otras pocas, como la veía ahora, con su rubio cabello al natural, siendo salvaje con sus ondas sobre la almohada.

Lo único que quería hacer era mantenerla así para siempre.

Por otro lado, durmiendo sobre su pecho y babeandole la playera del pijama estaba su pequeña Ima, con su pelo rubio tan claro y esas mejillas regordetas que la hacían adorable. Sus enormes pestañas heredadas de papá haciendo inegable su parentesco.
Ren le había dado ese pequeño angelito glotón por el que ahora se desvivía.

Él era un buen papá, haciéndoles la cena de vez en cuando y trabajando arduamente en el gimnasio para darles todo lo que se merecían, así que disfrutar de sus pequeñas vacaciones era algo que planeaba hacer, pasara lo que pasara.

South no había vuelto en toda la noche después de entregarles sana y salva a su pequeña, tan cansada de haber ido a ese circo del que la conquista de South le había hablado, portando una diadema de luces parpadeantes y la ropa con manchas rojas pegajosas, probablemente producto de manzanas acarameladas que de seguro ni siquiera había podido morder.

Wakasa no podía quejarse, ya que habían usado el jacuzzi de la habitación en su ausencia. Tomando el par de horas libres de su hija para hacer el amor entre la espuma de la bañera de hidromasaje junto a su muy contenta esposa.

Había puesto a Ren de perrito en la cama y se habían gastado todo el frasquito de lubricante hasta que habían estado tan cansados que ver el atardecer en los camastros del balcón había sonado como el cielo, llegadas las 7:00.

Shinichiro tenía razón sobre ese hotel, era perfecto para tener un poco de sexo y recargar energías. Después de todo, había sido el sitio en donde él y _______ habían tenido su luna de miel.

Ambos estaban satisfechos, bastante contentos al vestirse cuando se llegó el momento de que South trajera a la bebé, dándose besitos una y otra vez como una pareja de novios recién comprometidos durante el resto del día.

Extrañamente, South se apareció por el cuarto a eso de las 6:00 de la mañana después de dejarles a Ima, completamente sobrio y con la expresión de alguien que acaba de ver un fantasma.

—Anciano ¿Estás despierto?
Le habló en voz baja, con la voz temblorosa

—¿Dónde carajo estabas?
Preguntó observando el movimiento de Ren, quién simplemente se dió la vuelta para seguir durmiendo.

Wakasa se puso en pie con la bebé, acomodando las almohadas para hacer una barrera y que Ima no se fuera a caer.

—Vamos afuera, parece que viste un muerto
Le dijo verificando que sus dos nenas estuvieran dormidas, evidentemente teniendo el sueño lo suficientemente pesado para que un elefante no las despertara.

Salieron al pasillo a hablar, South en serio que se veía extraño, así que no quiso darle demasiadas vueltas al asunto.

—¿Qué pasa? ¿La chica era menor de edad o por qué estás preocu...

Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADAWhere stories live. Discover now