42- Culo gordo

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Por la mañana, Wakasa había cumplido su promesa de despedirse antes de irse.
Ren apenas y podía abrir los ojos para recibir el beso de despedida, pero después de haberlo atraído hasta sí, escuchando que volvería después del trabajo a verla.
Volvió a recostarse, durmiéndose enseguida y despertándose a eso de las 12:00 del medio día.

Fingir no estar absolutamente nada preocupada era mucho más fácil si conseguía comer algo, así que poniéndose una sudadera con capucha y sus pants rosas a juego, bajo a buscarse algo de comer.
Necesitaba algo más que la comida del refrigerador, así que aprovechó para entrar al mini mercado, sintiéndose demasiado extraña al pasar por la sección de comida para bebés.
Quizá pedir una prueba de embarazo casera podía ayudarle un poco a discipar sus dudas, aunque eso sería jugarle sucio a su novio.

Pero no iba a aguantarse ocho horas hasta que él saliera de trabajar...

Regresó a casa, cargando con una pequeña cajita escondida entre las frituras que había comprado.
Al llegar, se aseguró de esconder el empaque dentro del cajón del baño donde acostumbraba dejar las toallas y tampones, ya que no había forma de que South fisgoneara ahí.

Irónicamente, saber que aquella prueba estaba ahí, lista para cuando ella quisiera usarla, le tranquilizaba bastante.

Se sentó frente al televisor de la sala, mecíendo tranquilamente sus piernas sobre el borde del sofá, comiendo directamente de la bolsa de patatas grandes que planeaba terminarse ella sola.

A eso de las dos de la tarde, el grandulón de la casa se apareció en ropa interior por el pasillo, rascándose el culo y bostezando muy campante.

—Ren, tu culo gordo no va a caber por la puerta si sigues comiendo así.
Dijo levantándole ambas piernas para poder sentarse, tirándole juguetonamente de los dedos del pie derecho.
La rubia pausó por medio segundo su ingesta.

—¿Me estás viendo el trasero?
Preguntó, lamiéndose los dedos, fingiendo sentirse ofendida.

El muchacho asintió
—Es imposible no verlo cuando invade toda la habitación.
Tomó el control de la TV, cambiando el canal de lo que Ren había estado escuchando distraídamente.

—Oye, yo estaba escuchando
Dijo quitándole el control y regresando al canal.

—Mentirosa— Le quitó la bolsa de patatas, encontrando solo pequeños trozos destrozados —¿Qué? ¿Estás preparándote para invernar?

Le quiso golpear la tripa jugando, pero Ren le puso el pie en la cara para que no se atreviera.
No sabía que estaba embarazada todavía, pero su primo jugueteando podía ser peligroso si había una cosita diminuta dentro de su barriga

—South ¿Qué dirías si quiero irme a vivir con Waka?
Preguntó con interés, intentando ponerlo en contexto de a poco.

El chico frunció el seño.
—Le rompo las piernas y le digo a tu padre.
Ren se espantó, observando como se ponía serio.
—No me vas a dejar por un culo momificado.

Tomó la bolsa de patatas nueva encima de la mesa, abriéndolas y comiéndose un puñado como un niño molesto.

—Oh...— Se levantó en el sillón para abrazarlo —¿Crees que abandonaría a mi pobre primito?
El chico le giró la cara, dolido de que ella pensara que podía librarse fácilmente de él como si fuera un perrito problemático al que dabas en adopción.

—Aceptaste tener mi custodia— Le recordó —Soy tuyo hasta los 21 y no vas a regresarme con tu papá.

La muchacha detectó inmediatamente el cambio en su voz, escuchando como le afectaba creer que iba a dejarlo por irse con su novio.

Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADATahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon