55- Princesa

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—¿Qué tal este?
Preguntó una ilusionada muchacha mirando el maniquí con un sencillo vestido sin vuelos, observando la arruga en la nariz de Aki.

—Eso no es tú, ni de broma
Le tomó el brazo, llevándola a la sección de la tela costosa.

—No quiero que Omi gaste demasiado en esto, es un regalo
Se quejó, mirando las etiquetas de precio y deseando volver a la sección económica.

—Ni hablar— Pidió apoyo la más joven —Dile algo _______. No puede casarse vistiendo arapos.

La castaña negó, entendiendo un poco la encrucijada en la que se estaba metiendo.
Tenía dos polos opuestos a los cuales seguir y mientras Ren trataba de ahorrar lo más posible en su vestido, Aki pedía aditamentos extravagantes y precios exageradamente caros.

—Podriamos ver las liquidaciones— Le sugirió a su amiga tocándole gentilmente el hombro —Eres preciosa Ren, todo se te verá genial, pero Aki tiene razón en lo de que tiene que gustarte. Es tu boda.

La muchacha se dió por vencida, suspirando y despidiéndose de su preciada sección de remates, siguiendo los consejos de sus amigas y yendo al fondo de los escaparates.

—El vestido no está en discusión— Dijo la pelinegra tocando la tela aperlada de los modelos —Podrías dudar del novio, pero nunca del vestido.
Dijo pidiéndole ayuda a una dependienta.

Ren seguía teniendo sus dudas, ya habían mirado en varias tiendas pero no había encontrado un vestido que cumpliera los detalles del precio y sus preferencias.

No quería nada extravagante, solo una bonita tela de brillos y un corsé que pudiera ajustarse a su barriga. Iba a casarse en menos de dos semanas y aunque había convencido a Wakasa de hacer algo pequeño, él seguía insistiéndole en que quería darle la boda de sus sueños.

—Ren, mira. Estos son bonitos y están en oferta
Dijo su amiga mirando entre los ganchos.
Ciertamente, eran mucho más lindos que sus anteriores elecciones, pero las mangas transparentes no serían ajustables  y si su pecho seguía hinchándose, no entraría en el vestido.

—¡Este es precioso!
Gritó agudamente Aki a unos metros, saltando de felicidad al ver un glamuroso vestido rojo con el velo tan largo como una capa.
—Me lo voy a probar
Anunció, llamando a una dependienta para que sacara el vestido del maniquí, ya que se negaba a qué le dieran otro.

—Vamos a sentarnos, mis pies me están matando
Dijo la rubia llevándose las manos a la espalda.

—Podemos ir a comer si quieres, así descansas un poco.
Sugirió ______, observando a la muchacha asentir mientras se sentaba en uno de los bancos.
Estar embarazada y planeando una boda seguro era agotador.

Esperaron a ver a Aki salir, observando lo bien que lucía el tono pálido de su piel en el color brillante de la tela.
Las aplicaciones doradas por todos los bordes eran tan bonitos que seguramente valían una fortuna.

—Necesito más brillo
Dijo acomodándose la parte superior, señalando sus hombros desnudos.
La dependienta fue a traer algo que dijo que sería perfecto, dejándolas a las tres observando el vestido.

—Si consigo algo del estilo Hindú, lo voy a comprar sin pensar— Se miró al espejo, arreglándose el cabello para ver cómo lucía mejor —Mi papi dijo que sería lo último que él iba a comprarme, así que voy a sobregirar su tarjeta.

—¿Hindú?— Preguntó la muchacha viendo la diferencia del vestido con lo que describía la más joven —Aki, eso cuesta una fortuna y tendrás que mandarlo a traer del extranjero

La chiquilla levantó los hombros, sin darle importancia.
La dependienta volvió con un sin fin de cadenas doradas cayendo desde un par de hombreras sobrepuestas que se veían como diamantes.

Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADAWhere stories live. Discover now