21- Sorpresa

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Pasar el tiempo con Ren lo hacía ponerse por las nubes.
Podría estar ocurriendo la tercera guerra mundial y él no lo notaría por estar perdido en esos preciosos ojos.

Había pasado toda la noche del sábado con ella y por fin había conseguido encontrar algo que le convenciera para pedirle ser su novia.
La máxima confianza que él podía darle a alguien era abrirse a esa persona, y no había otra forma de desnudar su alma para él que lo que tenía pensado para esa noche.

La rubia haciendo todos sus inocentes comentarios mientras continuaba enseñándole un millar de pequeños detalles sobre sí misma sin querer le seguía maravillándo.
Ahora conocía un poco más sobre ella, sabía que adoraba el color lila, que no tenía muchas amigas y le había contado con lujo de detalles la peculiar situación que le había hecho abandonar la escuela.

Él ya sabía que no podía tratarse de falta de capacidad, porque era jodidamente inteligente; de vez en cuando le hacía comentarios sobre complicadas teorías de la física que su limitada educación secundaria no conseguía comprender.
¿Le abrumaba sentirse estúpido? No mientras pudiera ver la ilusión de su precioso rostro hablando de cómo las estrellas en realidad eran inexistentes explosiones del espacio que tardaban en dejar de reflejarse en la tierra.

Podía pasar días enteros escuchándola calmadamente, justo como cuando Shinichiro se la pasaba hablando de sus fallidas conquistas o los planes que tenían para Black Dragons. Para alguien como él, que no disfrutaba demasiado con el intercambio de ideas, las personas parlanchinas y alegres eran como un imán.
Y Ren era un perfecto solecito amarillo llevándolo de la mano a todos lados sin poder callarse ahora que había tomado suficiente confianza.

—Ima, ¿Quieres ir a cenar al departamento?— Le preguntó con ese brillo en la mirada que tanto le gustaba —Podemos pedir comida o... Puedo intentar cocinarte algo
Dijo un poco apenada, a sabiendas de que sus habilidades culinarias no eran nada impresionantes.

Wakasa sonrió ante el mote cariñoso, divagando en como sonaría si ella le tomara suficiente confianza para agregar el "chan" después de la contracción de su nombre.
—Me encantaría pero...— Se rascó la nuca, besándole tiernamente en la sien —Quería que conocieras un lugar esta noche.

Le abrazó por la cintura mientras caminaban, observándola asentir con una sonrisa.
Habían tenido una buena cita en el centro comercial, pero finalizar con algo solo para ellos le agradaba.

—Claro ¿A dónde vamos?
Preguntó entusiasmada, pensando en qué quizá irían a algún festival o algo que les quedara de paso.

—Es una sorpresa— Dijo el chico, desviando un poco la vista —Pero no es la gran cosa... Solo... Quiero estar ahí... Contigo

La chica no pudo evitar que su garganta produjera un sonido agudo emocionado cuando consiguió divisar el ligero rubor sobre las mejillas de su acompañante.
—¡Eso es increíble por si solo Waka!
Se abrazó a su brazo, uniendo la mejilla con su hombro, cerrándo placenteramente los ojos ante la nueva confianza que sentía hacía él chico.
Escucharlo decir que le agradaba estar con ella era lo mejor del mundo para ella. Tener a su lado a uno de los hombres más guapos de todo Japón era como viví en un sueño que la mantenía dando saltitos entre las nubes.

Caminaron juntos hasta el estacionamiento, donde la siempre fiel moto de Imaushi aguardaba bajo la luz de la luna, esperándolos fielmente para llevarlos a su destino.

Wakasa tenía ambos cascos asegurados en el maletero, entregándole a la rubia uno y ajustándose el otro al cuello.
—Mmm... Waka...
Escuchó la vocesita de ella mientras ajustaba la correa sobre su cabeza.
—¿Te ayudo a cerrarlo?
Agachó la mirada hacia ella, empleando sus delgados dedos para enganchar ambos extremos de la correa y ajustarlos a la barbilla de la chica, quién observó atentamente cada uno de sus movimientos y expresiones de concentración.
Pero no era sobre el casco lo que quería preguntar.

Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADAWhere stories live. Discover now