53- Mejor amigo+embarazo

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Mientras almorzaban con sus suegros, las cosas parecían marchar bastante bien. Wakasa era tan listo que había calculado perfectamente el tiempo antes de que su mamá se levantara, saliendo de la recámara cuando la escuchó entrar al baño de su habitación. Le besó la mejilla a su muy dormida prometida y fue escaleras abajo para meterse en el futón cómo si hubiese dormido en la sala toda la noche como el niño obediente que obviamente no era.

Su mamá estaba encantada, les había preparado panqueques para el desayuno y le pellizcaba la mejilla de vez en cuando, felicitando a su nuera por "poner en regla" a su polluelo.

Su padre ya había comenzado a interrumpir de vez en cuando, familiarizándose más con su novia.

Quizá decirles sobre el compromiso sería algo bueno para terminar.
Podían invitarlos al apartamento en unos meses y que ellos mismos se dieran cuenta del embarazo al ver la panza prominente de Ren.
Fingirian no haber estado enterados y nadie perdería la cabeza.

Terminaron el almuerzo e Imaushi comenzó a ver la hora, excusándose para volver a casa y dejar descansar al fin a su embarazada prometida, a quién ya había observado tocarse la espalda un par de veces.
No sabía si realmente los bebés pensaban mucho, pero no quería estresarla de más durante la gestación.

—Tengo que trabajar mañana, gracias por recibirnos.

Hizo una pequeña reverencia. Ren siguió su gesto con genuina humildad.
—Gracias por su hospitalidad

La mujer de ojos oscuros hizo una mueca triste, abriendo la boca para protestar.
—¿Se van tan pronto?
Se puso de pie, tratando de hacerlos cambiar de opinión recordando que todavía no le había enseñado las fotos del álbum familiar a la muchacha.

—Si mamá, pero puedes ir a visitarnos— Fue a despedirse, agachándose y  besándole la coronilla —Voy a tratar de llamar más seguido

Su progenitora se sorprendió con el cálido gesto, tan impropio de su hijo, pero que le había gustado tanto.

—Saluda a tu padre de nuestra parte cariño— Le dijo a Ren —Sería un placer conocernos en algún momento

Ren sonrió, un poco apenada al no poder decirle que eso era prácticamente imposible porque su precioso polluelo tenía una orden de alejamiento. Pero le alegraba que al menos ellos no pensaran que su papá era un peligro andante.

—Cielo, ayuda a Waka a subir sus cosas al auto.
Indicó la mujer a su marido, haciendo que los dos más jóvenes también se pusieran en marcha.

—No se moleste, no trajimos mucho equipaje.
Pidió Ren yendo tras él en la escalera.

Wakasa le hizo segunda, siendo frenado por la voz de su madre hablándole.
—Hijo— Le llamó en voz baja, señalando su dedo anular una vez que la muchacha estaba en el segundo piso—¿Cuándo planeabas contarnos lo del compromiso?

Wakasa se quedó helado, abriendo los ojos como platos y tartamudeando un pobre intento de respuesta.

Su mamá negó, sabiendo que su hijo no podía mentirle a la cara.

—No me gustan las mentiras, Wakasa Imaushi— Lo regañó con total decepción —Puedo hacerme tonta fingiendo no haberte escuchado bajar las escaleras esta mañana, pero no que omitas por completo que vas a casarte.
Lo observó un poco triste de la falta de confianza.
—Eres mi único hijo, mi bebé— Le recordó dándole una pequeña sonrisa —Si esa chica te hace feliz, no tienes por qué ocultarnoslo.

El muchacho de encogió de hombros.
—Lo siento. No quería que te enojaras conmigo por no habértela presentado antes

Ming le peinó el cabello, haciéndolo agacharse un poco.
—Nada me hace más feliz que ver a mi hijo haciendo las cosas correctamente— Le pellizcó la mejilla —No más secretos ¿Bien?

Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADAWhere stories live. Discover now