Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADA

5- Flechazo

Pocas veces se había sentido tan cómodo mientras estaba en la silla de la peluquería.
La mayor parte de lo que podía recordar era la tirante sensación de la navaja afilada del señor cincuentón que le cortaba el cabello enterrándose entre sus hebras, cortándole la piel.
Pero ahora, con el agua tibia del dispensador y la toalla en su cuello, se sentía en el cielo.

-Entonces ¿Quieres que saquemos el púrpura por completo?
Preguntó la chica con voz dulce, lavándole el shampoo hábilmente.
-¿Se puede hacer eso?
Cuestionó abriendo un ojo con duda. Realmente su conocimiento sobre cualquier procedimiento era nulo.
Siempre llegaba, se sentaba en la silla y lo último que veía era sus mechas nuevamente moradas, no era muy atento tampoco.
-Podemos decolorar la parte púrpura y quedará uniforme con el rubio.
El chico asintió, dejándose hacer por las manos de la "experta" a pesar de que había escuchado que era una practicante.
De igual forma, si lo dejaba calvo, su padre iba a agradecerselo.

-¿Tus cejas no son teñidas o si?
Preguntó ella, haciendo que Wakasa se llevara una mano hacia la cara por inercia.
-No, en realidad mi cabello es bastante claro.
Ella asintió, sabiendo que era verdad por el crecimiento de las raíces.

-Tienes un color muy bonito- Admitió parando la corriente de agua - Te pondré un tratamiento para mantenerlo lo más sano posible.

-De acuerdo
Dijo el chico alzando la mirada, observando los caireles enmarcando su rostro y la concentración que le arrugaba la frente con minuciosidad.
Cuánto quería seguir hablándole...

Era como Shinichiro decía cada vez que le preguntaba si no era una locura cuando había conocido a su esposa: No tenía idea de por qué, pero ______ se había robado su corazón desde el minuto uno que la había visto parada en la puerta del local con su bolsa de pastelería.

Él lo había juzgado de loco todo el tiempo, pero ahora, con ese mismo abrumador sentimiento en su pecho, queriendo saber más sobre la chica que tenía delante, por fin cobraban un poco de sentido sus palabras.

-Entonces... Eres prácticante
Intentó hacerle conversación para poder obtener algo de información.

¿Estaba soltera? ¿Casada? ¿Tendría hijos?
No había un anillo en su mano, pero hoy en día, no podía asegurar que no tuviera ya dos pequeños retoños o cinco divorcios al hilo.
¿Eso haría una diferencia? Tendría que escucharlo para considerarlo...

-Si, pero ya he hecho esto antes. No tienes de qué preocuparte- Dijo comenzando a secarle el pelo -Comencé a trabajar desde hace cinco años, pero entré a un curso para poder certificarme.

-Oh, eso suena bien.
Dijo Wakasa genuinamente interesado.
Si iba a rechazarlo, esperaba que lo hiciera pronto para no complicarse las cosas, así que a pesar de la posible indiscreción, se atrevió a preguntar.
-¿Y tienes novio?- Observó una leve risita -Porque eres linda

Ella se demoró unos segundos en responder, trastabillando un poco antes de conseguir hilar sus palabras.
-Gracias, tu igual eres lindo- Le indicó levantarse para ir a la silla -¿Quieres algo de beber? Esto va a tardar un poco.

Se movió hábilmente por el salón, evadiendo su mirada con las mejillas sonrojadas y el cuerpo rígido.

Bien, probablemente no tenía un novio, pero no le había parecido atractivo. O había un novio, pero no quería decírselo...

-Oye, lo siento. No está bien preguntar esas cosas tan deprisa.
Le dijo una vez que la chica volvió, ofreciéndole una copa con agua mineral y un par de frutas dentro.

-Oh, no te preocupes... Amm...
El paró el sorbo, dándose cuenta de que ni siquiera le había dicho su nombre.

-Wakasa- Aclaró -Wakasa Imaushi
Se encogió de hombros, mirándola a través del espejo y notando la sonrisa aparecer en sus labios.
-Sé quién eres- Dijo la chica mientras le seccionaba el cabello -¿Tienes un amigo llamado Takeomi no?

¿Conocía a Takeomi? En otro momento, eso hubiera sido un problema, pero mirando esos preciosos ojos, solo podía pensar:

"¡Genial! Eso ahorra la parte de la confianza"

-Si ¿Lo conoces?
Preguntó interesado.
Coquetear sin poder usar la proximidad de su cuerpo era algo extraño para él, pero de algún extraño modo estaba avanzando.
O eso parecía.

-No hablamos mucho ahora, creo que la última vez fue hace unos dos o tres años- Se separó él, comenzando a hacer algunas mezclas -Pero nos distanciamos, tú sabes cómo es Takeomi.
Wakasa asintió, mirando el recipiente con polvos lilas siendo revueltos. Esperando firmemente que Takeomi no hubiera metido la pata con ella como lo hacía con todas sus "amigas", pero a juzgar por el aspecto calmo, no habían acabado en malos términos. Lo que indicaba que muy probablemente no hubieran pasado la línea de confianza entre ellos.
Sin embargo, la pregunta rondando en su mente sobre si se habrían acostado estaba presente.

-Y ¿Vives con tus padres?
La observó un poco nerviosa, buscando la caja de guantes de látex en el cajón, colocándoselos apuradamente.
-Mmm... No- Puso una lamina de aluminio para comenzar a esparcir el producto -No estoy con ellos desde hace un tiempo... ¿Tú vives con ellos?

Imaushi levantó una ceja inconscientemente.
-Me echaron cuando cumplí 16- Recordó a su pobre mamá llorando en la puerta y a su padre dándole su maleta firmemente -No los culpo, era un desastre insolente.
Tocó el pendiente de esferas en su oreja, repasando todos los malos ratos que le había hecho pasar a sus progenitores gracias a su época de rebeldía.

-Wow, debió ser duro.
Dijo ella realmente sorprendida.
-No realmente...- Hizo memoria, sintiéndose en confianza para hablar de su turbulento pasado -Me peleaba día y noche, pero tenía gente siguiéndome e ingresos absurdamente altos para un adolescente que solo desayunaba Cheetos y Coca-cola.

La risita adorable de la chica le hizo mirar hacia el espejo que tenía delante, observando a detalle como era su sonrisa. ¿Así era como se sentía un flechazo de Cupido?

-Yo huí de casa a los 20...- Soltó de pronto ella, haciendo que él prestara mayor atención -Le pedí asilo a uno de mis primos y comencé a trabajar... Y también sobrevivimos con soda y frituras los primeros meses.

Ambos se rieron, encontrando sus miradas a través del espejo. Sonriéndose mutuamente.
Ren apartó la mirada primero, un tanto avergonzada ante la sensación de familiaridad que estaba teniendo con el chico que apenas y había conocido por una hora.
Wakasa no dejo de verla, sonriendo tranquilamente ante un pensamiento: Quizá esos libros sobre reencarnación de los que su madre le había hablado cuando era niño realmente tenían un poco de razón con eso de sentir que conocías a alguien de algún lugar sin tener idea de quién era.

-No sé cómo nunca antes te había hablado- Pensó ella en voz alta, encogiéndose de hombros al darse cuenta de lo que acababa de expresar.
—¿En serio?
Preguntó Imaushi sin poder pasar por alto el tema.
—Perdón... Ni siquiera sé lo que estoy diciendo.
Se rió nerviosa, evitándolo a propósito nuevamente mientras continuaba con su labor.

Ah... Entonces, tenía una oportunidad

Arrastró una silla en cuanto terminó de aplicarle el decolorante, cruzando una pierna y apoyando su codo en la rodilla distraidamente, esperando atentamente a que el chico hablara mientras ella de moría de vergüenza, apoyando el mentón sobre su palma.
-Soy Ren, por cierto.

Y ahí estaba de nuevo. Esa preciosa sonrisa que le había hecho secarse la boca al ex pandillero.

Una mirada dulce y transparente. Como un pequeño ángel bajado del cielo.

Sintió aún más curiosidad por saber de ella.
-¿Vas a hacer algo mañana por la noche?

Ella parpadeó, sintiendo tan directa la invitación del chico pero sin poderse negar inmediatamente.
¿Eso era un "también me gustas" de su parte? Imaushi esperaba que si.
-No realmente...
Se llevó una mano al pelo, jugueteando con sus rizos.
Era ahí, en ese titubeo debía preguntar antes de verse desesperado.
-¿Puedo pasar a buscarte entonces?
Preguntó con una encantadora mirada, viendola asentir sin mirarlo a los ojos.
Dios, era tan linda...

Cuando por fin le dirigió nuevamente la mirada, sus largas pestañas lo vieron dulcemente, terminando de atrapar a Imaushi con dos simples y titubeantes palabras.
—Me... Gustaría