22- Detalles

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Besar a Imaushi siempre ponía por las nubes a Ren.
Tener sus manos tocando su cuerpo con devoción le hacía sentir que realmente era una mujer bonita y digna de la atención masculina.

Su cariño por él crecía a cada minuto, con cada una de las delicadas palabras que le decía y la forma en que la trataba como si fuera el pétalo más delicado de una flor en crecimiento.

Desde que era niña, poco había tenido sobre demostraciones de afecto gracias al divorcio de sus padres, y eso, aumentando lo mal que le había ido en a escuela desde que se había mudado a Japón con la nueva esposa de su padre, podía decir que la vida no había sido muy amable con ella...
Pero de manera en que Wakasa le decía lo hermosos que eran sus rasgos, lo mucho que amaba su pelo rubio y sobre todo, lo sincero de sus expresiones, diferentes a las burlas de sus compañeros por su aspecto extranjero, Imaushi buscaba tenerla contenta con cada una de sus acciones.

Era un hombre guapísimo, atento y con ese aspecto pulcro que le encantaba.

Ren era muy consciente de su fetiche por los pandilleros y los tipos malos gracias a sus problemas paternales, pero a pesar de eso, solo le hacía falta dejarse besar el cuello por Wakasa para olvidarse completamente del mundo.

Ahora mismo, teniéndolo besando su clavícula, tomándose el tiempo para disfrutar de los rastros del perfume de lilas que se colocaba en el cuello con devoción cada mañana, escuchar su voz le sacaba de su burbuja, en donde solo existía ese hermoso sentimiento.

Había tenido muchos problemas durante el último mes en el trabajo y con su primo, pero los intensos dolores de cabeza se discipaban cuando podía estar con él chico.
Ni siquiera tener a la hija de su jefa gritándole en el oído por nada conseguía arruinar su buen humor cuando se acercaba el fin de semana para ver a su apuesto príncipe en el parque o verla rabiar cuando estacionaba su corcel motorizado a la hora de la salida y la recibía con un beso.

Adoraba tanto a su chico de ojos cansados y con la nueva información que le había confiado al llevarla a su hogar, sabía que no había modo de que estuviera jugando con ella.

-¿Puedo hacerte el amor en mi cama?
Preguntó el chico mientras comenzaba a sacar su blusa, llevándose uno de sus pechos a la boca, dejándole pequeños mordiscos rojizos que resaltaban en su piel dorada, esperando la aprobación, aprovechando su distracción para recostarla sobre la cama y sacarle los pantalones.

Ren simplemente asintió, apretando su labio inferior con los dientes, sin poder pronunciar palabra al comenzar a quedarse en ropa interior sobre la cama.

Wakasa lo era todo para ella, demostrando tan naturalmente su atracción, mostrando la sinceridad transparente de sus palabras en cada pequeño gesto.
Tenía tantas ganas de mencionar lo guapo que era, lo mucho que le gustaban sus ojos o el tono de su voz. Adoraba esa forma despreocupada que tenía al andar y le fascinaba verlo poniéndose el abrigo sobre los hombros luciendo tan seguro de sí.

Le gustaba tanto, tantas formas, pero la ponía tan nerviosa que las únicas palabras que había podido mencionar al estar con él rondaban entre el "tengo condones en mi bolso" y el "vente en mi cara".
Le avergonzaba tanto, pero solamente cuando su inconsciente salía a flote, tomando el control de su timidez, era cuando podía sincerarse con lo que quería.

Admiraba tanto esa habilidad de Imaushi para palmear su pierna e indicarle como moverse o la seguridad con la que le tomaba el mentón cuando quería un beso. Simplemente deliraba con la facilidad con que Wakasa manejaba las situaciones.

Ella nunca había sido capás de hablarle a ningún chico, incluso con los avances que había tenido trabajando en la peluquería, no podía salirse del tema del cabello o tropezaba con sus palabras.

Flor de loto [Wakasa Imaushi] TERMINADAWhere stories live. Discover now