Otro sueño

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(ADVERTENCIA: Lemon).

Kohaku era una atleta muy reconocida, tanto que ese año le tocó ir a los Juegos Olímpicos como parte del equipo que representaba a Japón como corredora.

Para ella, era algo sagrado, un sueño hecho realidad... y al final acabó descubriendo que muchos atletas que respetaba preferían pasar el tiempo cogiendo y drogándose para ser mejores antes que entrenando. Lo peor era que su propio jefe le pidió drogarse para tener más resistencia, le dijo que todos lo hacían, que cada año se buscaban más y más formas de crear drogas que no pudieran detectarse con los análisis que les hacían los organizadores, eso o bien los sobornaban para callarse.

Estaba devastada. ¿Dónde quedó la pasión y amor por el deporte? Si no estuviera bajo contrato, se habría largado y habría contado todo, pero solo le quedó aferrarse a sus propios principios y participar con el cuerpo limpio, aunque sabía que todos los demás estaban usando porquerías para participar. A pesar de todo, logró llegar en segundo lugar y ganó una medalla de plata. Eso era suficiente.

El día de su victoria, los compañeros atletas con los que compitió la invitaron a una fiesta, solo que olvidaron mencionarle el pequeño detalle de que eso era más bien una puta orgia entre atletas. De inmediato quiso marcharse, pero el ganador de la medalla de oro se puso en su camino.

—Vamos, preciosa, todo es con protección, nos divertiremos.

—¡Ja! No, gracias. Tengo novio. —Intentó tomar la manija de la puerta, pero el tipo tomo su brazo y de repente le mordió la muñeca, con fuerza.

Kohaku se quedó boquiabierta. ¡¿Pero qué mierda le pasaba?!

Por un segundo no pudo reaccionar, hasta que sintió su asquerosa lengua y su boca chupando su piel.

Estrelló una patada en su entrepierna y salió de allí, sintiendo la ira recorrerla de pies a cabeza.

—¡Diviértete explicándole eso a tu novio, preciosa! —Lo escuchó reír en medio de gemidos de dolor.

Puto imbécil.

Ahora bien, en realidad, Kohaku no tenía novio, más bien estaba enamoradísima de un amigo con el cual perdió la virginidad por una borrachera hace unos años. Como él tenía que salir de viaje constantemente y ella entrenaba muy duro para entrar a las olimpiadas, acordaron no tener una relación, pero igual cada vez que se vieron desde entonces volvían a acabar en la cama, contribuyendo más al imborrable amor que tenía por él desde preparatoria.

Supo que estaba perdida por él cuando le dijo que iría a verla en su competencia en los juegos, y se suponía que mañana irían a hacer turismo ya que no tenía que participar en más competiciones.

Llegó a su cuarto de hotel y le mandó un mensaje, preguntándole cómo estaba en su propio hotel, antes de lanzar el teléfono a la cama y dirigirse al baño para lavar su muñeca. Cuando tomó el celular otra vez, ya tenía un mensaje de él diciéndole que estaba aprovechando el tiempo libre para hacer simulaciones de los aterrizajes de sus cohetes en Marte. Eso la emocionó y le pidió detalles, por lo que pasó horas explicándole todo, haciéndola olvidarse de todas las cosas que la molestaron y decepcionaron, hasta que se quedó dormida.

Cuando se despertó, de inmediato entró en pánico al ver la hora y rápidamente corrió a ducharse para luego salir disparada al parque del centro, donde Senku la esperaba impaciente.

—¡Lo siento, me quedé dormida! Supongo que esa carrera si fue demasiado exigente. —Rio nerviosamente.

—Está bien, vámonos. —Tomó su mano y la jaló para subirse a su auto, solo para congelarse de pronto—. Eh, leona... ¿qué tienes en el brazo?

One-shots SenHakuWhere stories live. Discover now